Emilio de Justo indulta un bravo ejemplar de Juan Pedro Domeq
Tercer toro indultado en la historia de Burgos / Tres orejas y rabo simbólico para el diestro extremeño / Trofeo para Daniel Luque frente al quinto
Ambientazo en el Coliseum y corrida de Juan Pedro Domecq en escena.
La faena de la tarde y el mejor toro de la función fue el sexto, un animal de enorme clase y fondo al que Emilio de Justo toreó a placer en una faena importante sobre ambas manos. Inicio de rodillas en los medios toreando con ligazon y vibración. A por todas Emilio De Justo que relajo la figura y toreó con ligazon, estética y poder. Sometió añ animal en una faena compacta que tuvo belleza y sabiduría. Apretado el extremeño por abajo, abandonado a la creatividad, la faena tuvo pasajes de mucha nota. Un gran Emilio De Justo. Y un toro cumbre de Juan Pedro Domecq indultado con justicia. Gran toro. Bravo. Y gran torero.
Fiestas de San Pedro
Brillante alternativa de Ismael Martín y un gran toro de Antonio Bañuelos
El Correo de Burgos | El Mundo
El primer toro de Enrique Ponce resultó un animal bueno y con clase al que el valenciano entendió a la perfección. Supo administrar y consentir para apretarle en el momento preciso y lograr una faena exquisita y enjundiosa. De gran compás y ritmo. También de ritmo. Labor bella y sugerente con la armonía que Ponce aporta a sus obras. Perdió un trofeo por marrar con la espada.
El valenciano sorteo en cuarto lugar un toro tan noble como faltó de empuje en el último tercio. Enrique Ponce aplico pausa y puesta en escena a una labor que fue un proverbio de técnica y suavidad en toques, velocidades y alturas. No pudo prenderle la llama del éxito por la falta de fondo de su oponente.
Daniel Luque sorteo por delante un toro de tanta clase como justa fortaleza al que toreó con primor por las dos manos, en una faena de gran gusto. Brillante con el capote a pies juntos, Luque supo templar y torear a la altura precisa. Ni un tirón en una faena de talento. Faltó oponente.
Volvió a faltar antagonista en el quinto al que Luque cuajó una faena de una riqueza de matices llamativa. Supo acertar a no apretar al toro, a manejarlo con sutileza y mimo hasta componer una labor de muchos conocimientos, toreando con limpieza y temple. Los vuelos fueron determinantes en una faena de torero tenaz y ambicioso. Una estocada letal sirvió para premiar con una oreja al diestro sevillano.
El extremeño Emilio De Justo toreó relajado y bien al tercero, un animal de buena condición y clase al que manejó con entereza y temple. Faena compacta y medida, llevando al toro siempre metido en la muleta. Cosidos los muletazos sobre ambas manos, del conjunto sobresalió el toreó al natural por donde hubo belleza y profundidad. Se apretó en las manoletinas finales. Paseo con justifica una oreja. Muy sereno y cuajado De Justo.