Puerta grande para Roca Rey
El peruano cuaja al sexto la mejor faena de la tarde y sale a hombros con tres orejas / Entrega de Joselito Adame que corta un trofeo / El peor lote fue para Talavante
La última corrida a pie del ciclo llevó el hierro de Román Sorando y frente a ella cortó una oreja Joselito Adame y salió a hombros el peruano Andrés Roca Rey.
El encierro de Román Sorando tuvo buenas condiciones pero no sacó raza ni fondo. Muy vacía la corrida del ganadero jienense que le faltó duración y en el último tercio. La corrida tuvo además uniformidad de líneas tanto en sus buenas hechuras como en su comportamiento carente de finales. El mejor de la corrida y el de mejor nota fue el gran sexto toro.
Alejandro Talavante manejó con seguridad al primer toro de la tarde, un ejemplar de mucha clase y justa fortaleza con el que instrumento muletazos de muy bella factura en una labor que tuvo golpes de personalidad y pasión. Fue la suya una faena de suma facilidad a la que le faltó refrendo con la espada.
Joselito Adame conectó con el público desde que se abrió de capote con el primero de lote, al que cuajó un quite por lopecinas de gran brillantez y vistosidad. El animal resultó manejable y el mexicano acertó a aprovechar las inercias primero y su bondad después para componer una faena tan abundante como meritoria por la manera de sacar rédito al animal. Se apretó Adame que supo ceñirse y vaciarse en una faena de torero inteligente y de registros. Estocada entrando con rectitud. Oreja que supo a escaso premio. Se le pidió con fuerza la segunda.
Roca Rey apretó el acelerador con el tercero, un toro de buena condición al que el peruano entendió bien en una faena de precisiones y mando. Asentado en la arena, la faena tomó cuerpo en su tramo final cuando se metió Roca entre los pitones y se fajó al toro en un toma y daca que caló en los tendidos. Las bernardinas finales cambiándose al toro animal de pitón, fueron ajustadas. Cobró una estocada casi entera que fue suficiente. Oreja para Roca Rey.
El cuarto de Román Sorando fue un toro deslucido y sin fondo. El animal no desarrolló la virtud de la clase ni de la entrega, tampoco de la duración. Muy vacío en sus opciones, Alejandro Talavante estuvo afanoso frente a él dentro de un conjunto que no pudo tomar vuelo en ningún momento. Tampoco la espada fue su aliada en este turno.
Fiestas de San Pedro
Brillante alternativa de Ismael Martín y un gran toro de Antonio Bañuelos
El Correo de Burgos | El Mundo
El quinto de la tarde fue un toro sin fuelle y muy justo de raza. No ayudó a Joselito Adame que quiso mucho en una faena de gran tenacidad y capacidad. Muy por encima de las condiciones de su oponente el torero de Aguascalientes que exprimió al toro a base de no volver nunca la cara. Faena de fondo. De ambición. Tras un pinchazo y una estocada se le pidió una oreja de forma tímida. Saludó una ovación de reconocimiento.
El toro de la tarde fue el sexto y la faena de la tarde llevo la firma de Roca Rey frente a él, una obra reunida del peruano que sacó máximo partido a su oponente. Faena de entereza e inteligencia, marcando los tiempos y llevando al toro siempre cosido por abajo. Sometió al animal por ambas manos en una faena que tuvo series de notable y notoria intensidad. Muy bueno su toreo con la izquierda. Concluyó con cambiados y circulares que hicieron eclosionar a la plaza. Faena celebrada. Estocada final. Dos orejas y salida a hombros.