El Correo de Burgos

Sotoscueva sufre un leve terremoto de 2,8 grados centrado en Cornejo

Apenas fue perceptible por la población aunque algún vecino de la comarca sí sintió de madrugada «un fuerte golpe, como un portazo», en Cueva de Sotoscueva

Burgos

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J. C. R. / Burgos

El Instituto Geográfico Nacional registraba en la madrugada de ayer sábado un movimiento sísmico de 2,8 grados en la escala de Richter en la burgalesa de Cornejo, en la Merindad de Sotoscueva y otro de similares características en la localidad cántabra de San Roque de Riomiera, muy cerca de Ramales de la Victoria.

El temblor, según fuentes del Instituto, se produjo a las 6.31 horas en Cornejo, pero sus habitantes apenas si sintieron nada por la escasa intensidad del seísmo. El alcalde de Cornejo, José María Alonso, de viaje en el día de ayer, recibió la información por este periódico e inmediatamente se puso en contacto con la secretaria del Ayuntamiento de la Merindad y con los vecinos de cara a conocer si había alguna secuela del incidente.

Pocas horas después, y tras hablar con sus vecinos, aseguraba que «nadie, o muy poca gente lo ha notado». El caso es que la escasa intensidad y, probablemente, la profundidad del epicentro del terrmoto hizo que apenas fuera perceptible para los habitantes de la zona. El alcalde pedáneo de Cueva sí notó algo: «De madrugada noté como si fuera un golpe fuerte de una puerta o una ventana cuando se cierra de repente», reconocía Fernando Ruiz. Este edil también comentó esta circunstancia con vecinos de su pueblo, pero nadie había notado nada especial.

La zona está prácticamente vacía de pobladores y eso también impidió que nadie más notara nada extraño en sus casas. «Eso y que la intensidad no ha sido grande», recordaba Ruiz.

Escasa intensidad sísmica

 

La provincia de Burgos no destaca por registrar fenómenos de este tipo frencuentes. De hecho, en el conjunto de España es de las que menos movimientos de tierra existen. En la Península, la franja portuguesa, Andalucía, Levante, el Pirineo catalán y Galicia son las zonas más sensibles a estos fenómenos.

Los terremotos que se han producido en la provincia de Burgos han sido siempre muy leves. La mayor parte de los que se encuentran registrados (se empezaron a contabilizar en los años 30 del pasado siglo XX) lo fueron en la la comarca de Las Merindades o en la Sierra de la Demanda; en el resto de la provincia, apenas si se notan.

Villarcayo, Huerta de Abajo, Villasur de Herreros; Cerezo de Río Tirón; la Sierra de Ordunte, el oeste de Burgos; Montorio, Huérmeces y el Tozo; Pedrosa de Valdeporres; Villasante y Valle de Mena; Miranda o la misma ciudad de Burgos han sufrido temblores de este tipo a lo largo de los últimos 70 años. Sin embargo, en ninguna de las ocasiones el temblor ha llegado a los 4 grados en la escala de Richter.

«Que no haya réplicas al temblor»

El alcalde pedáneo de Cornejo, José María Alonso, esperaba que no se reprodujera «ninguna réplica del seísmo», aunque por la intensidad del sufrido ayer, si hubiera réplica ésta sería muy inferior a la registrada la pasada madrugada del sábado. Según los expertos en sismología, una réplica es un movimiento que ocurre en la misma región en donde hubo un temblor o terremoto central y son una consecuencia de readecuaciones de la corteza terrestre alrededor de la falla en que se dio el sismo principal. Una réplica siempre es de menor magnitud que el sismo principal. En el caso de que una réplica tuviera una magnitud mayor que el sismo principal, es catalogada como el nuevo sismo principal, y el sismo principal original es considerado un sismo inicial.

 

 

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