El Correo de Burgos

Un esforzado trabajo para recuperar la turbera Margarita

31 voluntarios de Medio Ambiente participaron con Caja de Burgos

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Burgos

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MIGUEL ÁNGEL DE LA CRUZ / LermaOrganizado por el Aula de Medio Ambiente, con la aportación de la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León y con la colaboración de Voluntariado Medioambiental, 31 personas, intervinieron el pasado fin de semana en la turbera Margarita para favorecer su recuperación. Se trata de una zona en plena recuperación en la zona del embalse del Ebro, al norte de Burgos.Los voluntarios, como amantes sobre todo que son de la naturaleza, pudieron disfrutar de una bonita jornada. Además de tener buen tiempo, pudieron avistar, a primera hora de la mañana, un grupo de corzos y de unos piquituertos, curiosas aves que se alimentan de piñones. Se cumplieron los objetivos del programa, la plantación de 300 arbolitosDespués se trasladaron a Cilleruelo de Bezana a comer una caldereta de carne de potro Hispano- bretón, en la que se contó con la colaboración de la Asociación de criadores de esta raza. Visitaron Arija y el entorno del embalse del Ebro, donde observaron numerosas aves entre las que destacaron los somormujos lavancos.Un retoLa turbera Margarita es un reto por la dificultad para el Aula de Medio Ambiente de Caja Burgos, pues desde el año 2002 viene promoviendo acciones para su recuperación. Después de unos años de inanición han retomado la labor con gran entusiasmo. Su director, Miguel Ángel Pinto, asegura que para su explotación «se la dañó mucho», pues se la hizo un drenaje para desecar el terreno, con lo cual, la labor más importante que han realizado ha sido la de cerrar dicho drenaje para favorecer el encharcamiento de la zona. También, recuerda Pinto, partiendo de cero, «con un ambiente sin vida, hemos tenido que hacer un aporte de estiércol controlado para conseguir nutrientes que favorecieran asentamientos de musgos. También trasplantamos plantas de la turbera Elena, actualmente en explotación». Con estas dos iniciativas se ha encendido el motor de la recuperación del musgo de turbera, por lo que las condiciones ambientales se están recuperandoLa turba es un material orgánico compacto, de color pardo oscuro y rico en carbono. Está formado por una masa esponjosa y ligera en la que aún se aprecian los componentes vegetales que la originaron. Tiene propiedades físicas y químicas variables en función de su origen. Se emplea como combustible y en la obtención de abonos orgánicos. Se forma como resultado de la putrefacción y carbonificación parcial de la vegetación en el agua ácida de pantanos, marismas y humedales. La formación de una turbera es relativamente lenta como consecuencia de una escasa actividad microbiana, debida a la acidez del agua o la baja concentración de oxígeno. El paso de los años va produciendo una acumulación de turba que puede alcanzar varios metros de espesor, a un ritmo de crecimiento que se calcula de entre medio y diez centímetros cada cien años. Las turberas son cuencas lacustres de origen glaciar que actualmente están repletas de material vegetal más o menos descompuesta y que conocemos como turba de agua dulce. La turba se acumula debido a que la putrefacción de la materia vegetal es muy lenta en estos climas fríos. La materia vegetal que se acumula por debajo del nivel del agua de un lago está en unas condiciones de continua saturación y de poca disponibilidad de oxígeno, fomentando así la actividad de los transformadores.

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