El Correo de Burgos

La climatología ensombrece la última jornada del Mercado Medieval

A pesar del mal tiempo, han sido miles los mirandeses y forasteros los que se han acercado hasta el Casco Viejo durante el fin de semana para disfrutar de la cita

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Burgos

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GABRIEL DE LA IGLESIA / MirandaLa última jornada del Mercado Medieval mirandés tuvo ayer un incómodo compañero de viaje: la climatología. Y es que, la amenaza de lluvia, uno de los enemigos más complicados con los que lidiar en este tipo de citas, estuvo más que presente desde primera hora de la mañana.Aún así, volvieron a ser miles los mirandeses y forasteros que durante todo el día se dejaron caer por el Casco Viejo para disfrutar de un evento que se ha convertido en un todo un clásico dentro de la programación anual no sólo de Miranda, sino también de su entorno más cercano, debido, en gran medida, a la calidad de la propuesta planteada. Prueba de ello es que el certamen ha alcanzado su XIV edición con una salud de hierro, aprovechando este año la celebración del Año Jacobeo para incidir en la promoción de la histórica Vía de Bayona del Camino de Santiago.En esta ocasión han sido 107 los puestos de venta instalados en las sinuosas calles y plazas del Casco Viejo, ambientadas para la ocasión siguiendo los cánones de las tres grandes culturas de la Edad Media: cristiana, judía y árabe. Ya el viernes por la tarde empezó a verse mucho movimiento en la zona, si bien, sólo era el preludio de los dos grandes días del Mercado. Una vez más, la respuesta ha estado a la altura de lo esperado. ParticipaciónA ello ha ayudado el gran elenco de actividades programadas para la ocasión, uno de los principales objetivos del Ayuntamiento a la hora de organizar el certamen.Todos los que se han acercado en los últimos días hasta el Casco Viejo han podido disfrutar de numerosos talleres, exhibiciones y espectáculos. Cetrería, danza del vientre, botería, tejeduría, música callejera, curtiduría, tiro con arco e incluso pequeños paseos a lomos de dromedarios y burros son sólo algunos de los ejemplos de las alternativas de ocio planteadas.Todo ello sin olvidar la esencia del Mercado: la venta de productos artesanales. Como no podía ser de otra forma, a la cita no han faltado los stands de comida, bisutería, ropa, juguetes o esencias, todos ellos enmarcados en alguna de las tres culturas. Durante todo el fin de semana, los artesanos que se han desplazado hasta la ciudad han podido dar salida a sus productos en un marco incomparable. Para los niñosMención aparte se merecen las actividades programadas para los más pequeños de la casa. Una vez más, la plaza de la Fuente Vieja ha albergado un curioso torneo en el que los niños han demostrado sus habilidades con las espadas, las lanzas o las ballestas, eso sí, siempre bajo la atenta mirada de sus padres y los animadores de la feria. La oferta infantil se ha completado con otras actividades repartidas a lo largo y ancho del Casco Viejo.También han tenido una especial relevancia los espectáculos nocturnos que se han venido realizando durante la celebración del mercado. La apuesta por la pirotécnia ha conseguido encandilar de nuevo a los mirandeses, que han aprovechado al máximo estos tres intensos días.Ahora, una vez que el Mercado Medieval de Miranda ha llegado a su fin, toca hacer balance definitivo de esta actividad y empezar a preparar la cita del año que viene. Una cita que, si nada lo impide, volverá a ganarse el favor del público.

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