El Correo de Burgos

Fiesta de Interés Nacional

El Colacho inicia su reinado a zurriagazos

Castrillo de Murcia celebra hasta el próximo domingo esta fiesta de Interés Turístico Nacional que congrega a cientos de curiosos en torno a la representación del diablo

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Burgos

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J. C. R. / Castrillo de MurciaComo cada año, al llegar el día del Corpus Christi, Castrillo de Murcia se viste de gala para celebrar el fin de semana más importante del año. Ese en el que todo el pueblo vence al mal, al diablo, encarnado en una figura esperpéntica y colorista que es el Colacho. Y es que los más jóvenes de la localidad salen a las calles a correr delante del mal e insultan y vilipendian a la estrambótica figura para ahuyentar los malos augurios.Ayer hacía realidad ese refrán castellano que dice que «tres jueves hay en el año que relucen más que el sol, Jueves Santo, Corpus Christi y el día de la Ascensión». Pues uno de ellos, el Corpus, sí ha brillado con fuerza un sol de justicia, porque la temperatura, a mediodía, superaba los 25 grados en Castrillo de Murcia.Decenas de niños y mozos se desperdigaban por las estrechas callejuelas del pueblo para evitar que la figura del mal les atizara con el zurriago. Por detrás, el atabalero, acompañado por su séquito de la Cofradía del Santísimo Sacramento, golpeaba con las mazas en el tambor o atabal, que marca los ritmos de los danzantes y del público que le seguía por detrás.Unas 300 personas participaron en el día de la fiesta. Mientras los pequeños y mayores disfrutaban con las corridas, los más sufridos, los miembros de la Cofradía del Santísimo Sacramento, aguantaban estoicos con sus trajes y capas castellanas encima bajo un tremendo sol. El mismo Colacho se deshacía en sudor al final de la corrida de las 13.30. Y es que no hay año «que no pegue», bromeaba al final de la carrera. Este año, como en los últimos, los alumnos de 4º de Primaria del colegio Miguel Delibes de la capital no quisieron perderse la tradición y disfrutaron de lo lindo corriendo y saltando delante y detrás del Colacho.Esta figura es la representación del diablo; va cubierto con una máscara y un traje multicolor en el que predomina el amarillo y se acompaña de unas castañuelas grandísimas, las terreñuelas, que golpea al unísono del atabalero, con un palo de cuya extremidad pende una cola de caballería a la que llaman zurriago, con la que castiga dando golpes.En las carreras de estos días, el Colacho cubre su cara con una careta para tratar de esparcir los males por la tierra. Sin embargo, ya el domingo, en la procesión con el Santísimo huye sin máscara, vencido por Cristo y saltará por encima de los niños bautizados en el año, quedando de este modo libres de su influencia maléfica y recibiendo la bendición del Santísimo, que los hace posesión y protección suya. Pero eso será el domingo. Colacho y Atabalero  Wenceslao Pascual es este año el Colacho. Recuerda que la fiesta es lo que es: «El protagonista es el Cuerpo de Cristo»; el Colacho, al fin y al cabo es «lo contrario». Mantiene la idea de que la Cofradía «preserve» esta premisa porque de lo contrario «perderá sentido esta fiesta». Él, y otros compañeros, tienen «la responsabilidad» de saltar por encima de los bautizados, este domingo. Es mucha la responsabilidad, pero también «mucha la ilusión», recordó ayer tras la procesión.Otro protagonista es el Atabalero. Este año es Valentín Pascual. Ha «practicado» duro durante todo el año para dar un toque característico, que sirve de anuncio y enseña del Santísimo, al que precede en la procesión.A las doce en punto de ayer daba comienzo la eucaristía presidida por el párroco, Domiciano Herrero, acompañado por el sacerdote de Castrillo Ernesto Pérez. El primero de ellos portó la hostia bajo palio en la procesión, acompañado por los pendones del pueblo, mientras el pueblo cantaba himnos eucarísticos.

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