Valderrama y Riocavado registran sendos terremotos de 2,5 grados

J. C. R. /BurgosDos sacudidas de tierra en la provincia de Burgos, en poco más de cinco horas, se registraban ayer en el Instituto Geográfico Nacional, esta vez en la Sierra de la Demanda, en Valderrama y Riocavado de la Sierra, ambos de 2,5 grados en la scala de Richter. Ambos pequeños terremotos apenas perceptibles en ambos pueblos.El primero de ellos se notó en la localidad de Valderrama, en el Partido de la Sierra en Tobalina;a las 14,13 horas de ayer domingo y a una profundidad de diez kilómetros. En Riocavado se producía a las 18,56 horas, con la misma intensidad, pero mucho mas cerca de la superficie, a cinco kilómetros.El temblor de Valderrama y el de Riocavado es el segundo pequeño terremoto que registra la provincia de Burgos en el plazo de dos meses; el último fue en Cornejo, en la parte burgalesa y en San Roque de Riomiera, junto a Ramales de la Victoria en Cantabria en sendas réplicas, el pasado 17 de abril. Y es que la intensidad del movimiento apenas se sentía en el pueblo. Al menos las personas. Los que sí parece que lo sintieron fueron los perros de de María del Mar, una vecina de Valderrama, de «la parte alta del pueblo», que aseguró a este periódico que «en la zona no se ha sentido nada; ni he visto temblar las lámparas, ni se han movido los muebles», asguraba.Pero quienes sí lo sentían eran sus perros. «Durante toda la mañana han estado ladrando mucho, muy nerviosos», pero esta vecina no atribuía sus ladridos al temblor. Ahora «sí puede tener una explicación», habida cuenta de que son los animales los que en primer lugar detectan posibles movimientos de tierra o temblores como el ocurrido en Valderrama. La pequeña localidad se encuentra muy cerca de Frías y del paraje de Tobera, al norte de la provincia de Burgos.La provincia de Burgos no destaca por registrar fenómenos de este tipo frecuentes. De hecho, en el conjunto de España es de las que menos movimientos de tierra existen. En la Península Ibérica, la franja portuguesa, Andalucía, Levante, el Pirineo catalán y Galicia son las zonas más sensibles a estos fenómenos.