El Correo de Burgos

Blanco confirma el aplazamiento de nuevas autovías paralelas a peajes

Esta medida podría eliminar el desdoblamiento de la N-I en su tramo convencional

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Burgos

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GERARDO GONZÁLEZ / BriviescaLa posibilidad de convertir la actual N-I en autovía se va esfumando, según las explicaciones que sobre el tema realiza el ministro de Fomento, José Blanco, en distintos foros donde se tratan las infraestructuras. Este ha sido el caso de su intervención en la Universidad Internacional Menéndez y Pelayo hace escasas jornadas, donde también toco el tema del tren.En lo relativo a nuevas infraestructuras viarias, Blanco fue claro al afirmar que se aplazará la construcción de nuevas autovías en los trazados donde ya existen autopistas de peaje. Precisamente este es el caso de la N-I entre Burgos y Ameyugo, paralelo a la AP-1, aunque en este apunte hay dos cuestiones que aún no han sido aclaradas al detalle por los responsables ministeriales.La primera es que, oficialmente, el desdoblamiento de la N-I cuenta con una dotación presupuestaria al margen del Ministerio de Fomento lo que, teóricamente, la dejaría fuera de los recortes presupuestarios. Esta partida singular asciende, según el vicepresidente tercero Manuel Chaves, a 650 millones de euros del denominado Plan Garoña.Otra es la adjudicación prevista para septiembre del estudio, con una dotación de 1,6 millones de euros, que determinará las posibles alternativas al corredor Burgos Ameyugo entre ellas la conversión en autovía de la N-I.El fuerte contraste entre las afirmaciones del ministro, en sintonía con la documentación técnica existente hasta la fecha, con la declaración política vinculada al cierre de Garoña deja a la N-I en un auténtico limbo.Cabe recordar que en su momento se consignaron los 650 millones de euros al desdoblamiento de la N-I y posteriormente se remitió esta actuación a las conclusiones del estudio pendiente de adjudicación.A mayores, con anterioridad, en 2007, ya se estudió la ampliación a un tercer carril de la AP-1 mediante un convenio con la empresa concesionaria cuyo contrato expira en 2018. Incluso la administración del Estado reconoció que el desdoblamiento de la N-I no se había siquiera considerado unos meses antes del anuncio de la millonaria inversión.Las últimas declaraciones del ministro de Fomento ratifican lo que ya recogió este periódico hace semanas en las que dio un giro radical a la anterior política del Ministerio. Esto es así ya que de forma clara y concreta anunció que «Se trata de aprovechar lo que ya tenemos y modernizarlo» afirmando que «No es que no se vayan a desarrollar más vías de alta capacidad, pero sí evitaremos construir autovías allí donde existan peajes que no estén colapsados». En las últimas declaraciones ya certifica el aplazamiento de construcción de nuevas autovías paralelas a autopistas de peaje e incluso añade una cuestión de fondo en lo relativo a peajes. Blanco planteó que en diez años el debate no será sobre que infraestructuras hay que hacer sino como se van a mantener la que ya existen y si todos los ciudadanos tendrán que pagar por unas infraestructuras que solo utilizan algunos. Resulta inquietante, habida cuenta de los precedentes, que las reflexiones del ministro se acerquen mucho al final del contrato de la AP-1 momento en el que el Estado debería hacerse cargo de la infraestructura.

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