El Correo de Burgos

MOVIMIENTOS SÍSMICOS EN LA PROVINCIA

Algo se mueve bajo los pies de los burgaleses

Tres seísmos en dos meses demuestran que, en su corteza terrestre, la provincia está viva

Burgos

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J. C. R / BurgosEl pasado 17 de abril fue en Cornejo, en la Merindad de Sotoscueva, comarca de Las Merindades de Castilla. Un leve temblor de tierra de 2,5 grados en la escala de Richter sacudió la zona y tuvo su réplica en Cantabria, cerca de Ramales de la Victoria. Apenas dos meses después, los sismógrafos recogieron otros dos pequeños terremotos, esta vez en Valderrama, muy cerca de Frías y Miraveche y en Riocavado de la Sierra, al otro lado de la Sierra de la Demanda, esta vez al sur.Los tres apenas se dejaron sentir dado que su intensidad fue muy poco perceptible. Pero no han sido los únicos que ha sufrido la provincia de Burgos desde 1939, primer año del que se tiene constancia documental. En este periodo de 71 años han sido 20 los pequeños seísmos, pero ojo, más del 10% de ellos han ocurrido este mismo año y en apenas dos meses. Todo esto demuestra que las placas tectónicas que están bajo nuestos pies están vivas, en continuo movimiento.La provincia de Burgos no destaca por registrar fenómenos frecuentes de este tipo. De hecho, en el conjunto de España es una de las provincias en las que menos movimientos de tierra existen.En la Península Ibérica, la franja portuguesa, Andalucía, Levante, el Pirineo catalán y Galicia son las zonas más sensibles a estos fenómenos. Y los de «alta intensidad» se dan en la franja «bética:Almería, Granada y sus zonas de influencia», apuntó el geólogo de la Asociación de Geocientífica de Burgos, Jesús María Preciado.Los terremotos que se han producido en la provincia de Burgos han sido siempre «muy leves». La mayor parte de los que se encuentran registrados lo fueron en la comarca de «Las Merindades o en la Sierra de la Demanda; en el resto de la provincia, apenas si se notan». asegura Preciado,Villarcayo (el más intenso de los contabilizados en Burgos con 4,3 grados en la escala de Richter), Huerta de Abajo, el embalse de Ordunte; Villasur de Herreros; Cerezo de Río Tirón; Melgar de Fernamentals; Montorio, Huérmeces y el Tozo; Pedrosa de Valdeporres; Villasante; Quecedo de Valdivielso y Valle de Mena; Miranda o la misma ciudad de Burgos han sufrido temblores de este tipo a lo largo de estos 71 años. Los últimos los ya reseñados de Riocavado, Valderrama y Cornejo.Continuo ‘baile’Preciado, explica que la «tierra no está permanentemente en una situación estable». De manera circusntancial se producen este tipo de fenómenos que «en la provincia de Burgos se dan en la franja móvil de Obarenes ya que es una zona tectónica no muy estable». Es en esta zona de terreno en la que «es más fácil que se den fenómenos de sismicidad», apunta. Las zonas más sísmicas de la provincia irían desde «Pancorbo hasta Las Merindades», reconoce; es más, el interior de la tierra en esta masa «está en constante movimiento».La explicación de Preciado es sencilla. En el interior, bajo los pies de los burgaleses existen fracturas en la corteza terrestre «que en cualquier momento se pueden activar», explica. Los últimos temblores, en Valderrama, Riocavado y hace dos meses en Cornejo se han dado en zonas en las que la «inestabilidad interior de suelo es más evidente».A veces imperceptibleUn terremoto como los ocurridos en la comarca de Abruzzo, en Italia hace un año y medio, o en Haití este mismo año es «impensable».Lo que sí puede ocurrir en España, en las regiones en las que la sismicidad es más alta, es que se noten terremotos de intensidad moderada. Caso, señala Preciado, de «las zonas de Almería, Granada y la comunidad de Galicia», en mayor o menor intensidad.Sin embargo, en estas zonas de la Meseta, los movimientos de tierra son «imperceptibles» para los humanos. Temblores de escala 1,5, 2 ó 2,5 en Richter «se están produciendo sistemáticamente, «pero no los percibimos, aunque quedan registrados en las estaciones sísmicas», precisa Preciado. «Burgos está en una franja de sismicidad entre los 2º y los 4º en la escala de Richter.», apuntó. Aunque, sin alarmar, «nadie está exento de sufrir un seísmo de escala 6 u 8 grados» en la Península Ibérica.Y es que la ‘culpa’ de todo esto la tiene el continuo empuje que, por ejemplo, «ejerce el continente africano que tiene una componente horizontal hacia el norte» y ese empuje está afectando, aunque a Burgos lo haga «de una manera distinta a otras regiones». Y es que cualquier leve movimiento de tierra queda recogido por el Instituto Geológico Nacional en sus sismógrafos repartidos «por diferentes provincias». Es más, salvo en una franja entre los 90º y los 143º de latitud en sombra no se recogerían los seísmos de Burgos, pero en el resto, en cualquier lugar del mundo» queda reflejado el temblor.Perros ‘nerviosos’ en ValderramaEl pasado domingo, los vecinos de Valderrama no sintieron nada. El Instituto Geográfico Nacional databa el seísmo en torno a las 14,13 horas de ese día pero la intensidad del movimiento apenas inquietó al pueblo. Al menos a las personas. Quienes sí parece que lo sintieron fueron los perros de María del Mar, una vecina de Valderrama, de «la parte alta del pueblo», que aseguró a este periódico que «en la zona no se ha sentido nada; ni he visto temblar las lámparas, ni se han movido los muebles», aseguraba. Pero quienes sí estaban inquietos eran sus perros. «Durante toda la mañana han estado ladrando mucho, muy nerviosos», decía, pero esta vecina no atribuía sus ladridos al temblor. Ahora «sí puede tener una explicación», habida cuenta de que son los animales los que en primer lugar detectan posibles movimientos de tierra o temblores como el ocurrido en Valderrama.

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