Arranca la excavación de los restos arqueológicos del vial de Ircio

GABRIEL DE LA IGLESIA / MirandaTras varios meses de incertidumbre en torno al futuro de los restos arqueológicos hallados en la zona de afección del nuevo vial de conexión entre la carretera de Logroño y el polígono industrial de Ircio, el pasado lunes comenzaban los trabajos de excavación necesarios para continuar ejecutando la infraestructura. Y es que, los informes emitidos por Patrimonio han obligado a ADE Parques Tecnológicos -empresa pública dependiente de la Junta de Castilla y León y promotora del proyecto- a excavar y catalogar los restos encontrados en las primeras catas antes de seguir avanzando en la construcción del vial.Finalmente, la actuación ha sido adjudicada a la empresa Ondare Babesa, que ha desplazado hasta la zona a 18 arqueólogos con el objetivo de desentrañar los secretos de parte de una ciudad romana que, tal y como ya aseguraran años atrás diferentes ámbitos arqueológicos, descansa bajo toneladas de tierra en la ribera izquierda del Ebro, muy cerca de la desembocadura del Zadorra.En concreto, la actuación se centrará sobre un área de unos 3.800 metros cuadrados de superficie que ya fue objeto de estudio arqueológico meses atrás. Las catas realizadas entonces demostraron lo que muchos ya sospechaban: la nueva carretera pasaría por encima de diferentes restos del yacimiento de Arce-Mirapérez.Ya en ese momento vieron la luz diferentes estructuras urbanas que motivaron la paralización de los trabajos del vial, al menos en la zona directamente afectada, a la espera de saber a ciencia cierta el valor de lo allí localizado. Una situación que se ha alargado hasta bien entrado el mes de agosto pero que ya se ha desbloqueado.Lo primero que han tenido que hacer los arqueólogos desplazados hasta el lugar ha sido desbrozar parte de la maleza que se ha venido acumulando sobre el yacimiento durante estos meses. Y es que, los restos han permanecido a la intemperie a la espera de que se concretara la actuación a desarrollar.A partir de ahí ha comenzado un intenso trabajo de excavación, análisis y documentación de los restos arqueológicos. El objetivo es catalogar de la manera más detallada posible un patrimonio cuyo destino es ser sepultado bajo toneladas de asfalto.De momento, un simple paseo por el entorno permite observar la presencia de restos de diferentes edificaciones y de parte de una trama urbana que, según apuntan diferentes estudios, se extiende por una superficie mucho mayor.De hecho, las fotografías aéreas del yacimiento de Arce-Mirapérez tomadas años atrás demuestran la existencia de una ciudad de 26 hectáreas de superficie, donde podrían haber vivido en torno a 6.000 personas en el momento de mayor esplendor. Según estos estudios, este yacimiento se correspondería con la antigua ciudad romana de Deóbriga.En principio, la propia empresa calcula que los trabajos de excavación se alargarán durante aproximadamente 6 semanas. Una vez redactados y emitidos los correspondientes informes sobre los restos hallados, los operarios de Yárritu -empresa adjudicataria de la construcción del vial- podrá continuar la ejecución de la nueva infraestructura.Vista la situación actual, y sin ofrecer plazos concretos, la administración regional espera que el vial pueda estar concluido antes de final de año. No en vano, tan sólo faltan por acometer 300 metros lineales del mismo para completar la actuación, una vez que la zona más cercana al río Ebro ya se encuentra prácticamente urbanizada.Sin duda, el interés de la administración regional por ejecutar el vial de conexión entre la carretera de Logroño y el polígono industrial de Ircio -cuyas obras de urbanización se encuentran en su fase definitiva- radica en el hecho de que éste será el principal acceso al nuevo área industrial. De hecho, hace meses que se concluyó la construcción del nuevo puente sobre el río Ebro, una de las infraestructuras más complejas del polígono y de momento no puede ser utilizado al no contar con una salida efectiva.Una vez ejecutado el vial, se creará un acceso directo a Ircio desde el polígono de Bayas y las principales vías de comunicación del entrono, como la N-1, la AP-1 o la AP-68.