Los cultivos energéticos abren una nueva perspectiva

G. G. / BriviescaLa preocupación por el medio ambiente ha abierto un novedoso mercado para los agricultores en general, y los burebanos en particular, cuando las ayudas al campo se reducen paulatinamente. Tanto la utilización de residuos de la producción como la paja, muy abundante de La Bureba por los cultivos tradicionales de cereal, como la ampliación a nuevos cultivos o la potenciación de los instaurados hace pocos años, abre nuevos mercados.Con la construcción de la planta de biomasa en Briviesca esta posibilidad se hará realidad permitiendo a los agricultores incrementar el rendimiento de las fincas en un momento complicado para el campo.Actualmente, en la comarca, la superficie destinada a la producción de cereales es la más grande pero la introducción hace algunos años del girasol ha ampliado las posibilidades de los agricultores. Si los profesionales suman a estos dos cultivos otros nuevos, como la colza, la comarca contaría con tres ejes claves para los cultivos energéticos.Cabe destacar que la rentabilidad de las explotaciones ha estado muy vinculada a las ayudas recibidas debido a que el precio en el mercado las deja en una posición muy difícil para su continuidad.Rentabilizar la paja y poder alternar los cultivos de oleaginosas con el cereal, para su venta a instalaciones industriales, puede ser la clave del fortalecimiento del sector agrícola en la comarca.Otro factor a tener en cuenta es la estratégica localización geográfica del territorio en las redes de comunicaciones terrestres para dar salida directa al transporte de las materias primas.La introducción de nuevos cultivos con fines energéticos no es una cuestión desconocida para los profesionales del campo en la comarca que ya han tomado contacto con ellos. Los dos cultivos principales para su uso energético son el girasol, con una implantación ya moderada, y la colza que aún no cuenta con superficie apreciable.Dado que el girasol, hasta el momento, no se ha cultivado con fines energéticos la aplicación de técnicas nuevas permitirá sacar un mayor rendimiento a las fincas destinadas al mismo.Por su parte el de la colza, uno de los más rentables para la producción de biodiesel, en la actualidad eno existe en La Bureba. A su favor juega el hecho de que, según los expertos, el cultivo de colza tiene suficientes ventajas como para hacer viable su implantación pese a los problemas que inicialmente pudieran darse. Como ventaja fundamental en el caso de La Bureba es su cultivo rotativo en un plazo de entre tres y cuatro años.Así, la alternancia en las fincas de colza y cereal resulta beneficioso para el suelo mejorando el rendimiento del último tras haber albergado el suelo el primero.No obstante la decisión de apostar por cultivos destinados a la producción de energías ‘verdes’ dependerá en buena medida de los réditos que se devenguen de la planta de biomasa briviescana. Esta instalación, actualmente en periodo de pruebas previa a su entrada en servicio, tendrá un doble efecto positivo tanto a nivel medioambiental como económico en la comarca burebana.Así su puesta en marcha supondrá crear 25 empleos directos y entre 70 y 80 indirectos además de abrir la nueva alternativa de futuro para los agricultores. Estos podrán suscribir contratos de abastecimiento de paja de entre 5 y 10 años ya que la planta quemará 100.000 toneladas anuales.De esta combustión se producirá unos 120 GWh de energía eléctrica, lo que equivale al consumo de 50.000 hogares, evitando la emisión a la atmósfera de 115.000 toneladas de CO2. La inversión en esta nueva infraestructura energética ha ascendido a 49 millones de euros con lo que queda de manifiesto el interés en la promoción de las energías medioambientalmente sostenibles.El mercado de producción de energía en La Bureba es uno de los sectores que más ha crecido en los últimos años.Así desde la construcción del parque eólico del Páramo de Masa millones de euros han sido invertidos en infraestructuras similares en todos los rincones de La Bureba.Esto ha significado de hecho un aumento de los recursos económicos de los municipios, que disponen de más capacidad financiera, para acometer obras en los pueblos que de otra forma serían imposibles de realizar. Una vez que el sector de la producción eléctrica eólica ya se puede considerar como implantado en la comarca la biomasa y la solar se perfilan como las dos siguientes en la lista.Si la planta briviescana se mostrara rentable no sería inviable que otras de igual tamaño pudieran ser construidas en otros lugares de la comarca. Esto permitiría generar energía eléctrica con el uso de otros materiales como los residuos madereros.