El público premia a ‘El Cronicón’ y agota los pases

GERARDO GONZÁLEZ / BriviescaLos personajes de los libros de historia salen de sus páginas y se encarnan durante unos días en el que fuera el monasterio más poderoso del medievo castellano con toda su energía después de un milenio.Tras 23 años de representación ininterrumpida su atractivo para el público continúa intacto por la fuerza de la historia, el marco donde se escenifica y la sólida actuación de los onienses. Como es habitual en cada nueva edición se varía ligeramente la estructura en su arranque en las escalinatas de la iglesia siendo este año la creación de los Monteros de Espinosa el tema.No obstante estos cambios se encadenan a la representación más tradicional sin tan siquiera espacios apreciables en la línea temporal. De hecho el milenario de los Monteros de Espinosa, el cuerpo militar más antiguo del mundo en activo, apenas se separa unos años del cercano del Monasterio de San Salvado de Oña.Las más de 3.000 personas que asistirán a las representaciones onienses vivirán casi en primera persona los turbulentos años en los que, bajo la impronta de la cruz y la fuerza de las espadas, nació el Reino de Castilla.Las tribulaciones del Conde Sancho García en un espectacular marco, con una cuidada iluminación y sonido, recrean los principales eventos de la turbulenta historia de los condes y reyes de Castilla.No faltan las escenas en las que la fuerza interpretativa y el dramatismo hacen olvidar por completo que se trata de una representación.El ambiente introduce a los espectadores en la piel de los nobles y guerreros castellanos en sus lamentos por las derrotas, decepciones por las traiciones y alegría por las victorias contra las huestes moriscas. Divido en dos, por la larga y fecunda historia que rememora el Cronicón de Oña, alcanza su momento cumbre con la fundación del Monasterio. A partir de ahí se relatan los acontecimientos históricos más importantes relacionados con los ilustres que reposan en el Panteón Real y Condal, el rey Sancho II ‘El Mayor de Navarra’ y Sancho II de Castilla.Resulta difícil sustraerse a la sensación que, por unas horas, el tiempo ha dado marcha atrás y permitido ver en toda su dimensión los esfuerzos y sacrificios de aquellos que, siglos después, asisten desde su última morada como unos espectadores más al Cronicón de Oña.Nada falta para que esto sea así ya que los onienses viven cada escena de la representación al ser una parte real de su historia en la que sus antepasados jugaron tan importante papel que reyes navarros y castellanos eligieron Oña como destino final.El ejemplo más claro es el trabajo de doscientos vecinos de todas las edades se prepara un espectáculo de luz y sonido de una gran calidad. Así los onienses que participan de forma directa en la representación se dividen en dos grandes grupos. El cuerpo de actores lo forman ciento veinte personas y los encargados del atrezzo, limpieza y montaje otras ochenta.Entre los primeros las edades son muy amplias ya que participan desde mayores de 80 años hasta varios niños de 8 años siendo común que los más pequeños asuman nuevos personajes según van creciendo.Esto hace que cada nueva edición suponga un triunfo de la voluntad de los onienses que decidieron mostrar su historia de la forma más directa posible orgullosos de su legado.El empeño de la asociación cultural Cronicón de Oña, presidida por Berta Tricio, y el decidido respaldo de los onienses ha logrado que la puesta en escena alcance unas cotas de profesionalidad que sorprenden a los que por primera vez acuden a presenciar el acto.De hecho no resulta infrecuente que los espectadores que asisten al Cronicón de Oña repitan de forma continuada ya que resulta casi imposible poder asimilarlo en toda su dimensión de una sola vez.Por ello no sorprende que la representación ostente la declaración de Fiesta del Interés Turístico Regional que por su calidad y trayectoria ha ganado de forma sobrada.