Las granjas lecheras caen en picado y se acercan a la desaparición en Burgos

REBECA GONZÁLEZ / BurgosDe las 3.269 granjas de vacuno de leche que operaban en Burgos en 1987 hoy sólo mantienen su actividad 177, según ha informado recientemente la Unión de Campesinos de Castilla y León (UCCL). Estas cifras sitúan la caída en casi un 95 por ciento en la provincia, lo que refleja la pésima situación de la industria lechera local.Las causas pasarían, según se ha explicado desde la unión campesina, por la baja rentabilidad de la industria láctea que obliga a los ganaderos a vender su leche por debajo de los costes de producción, estimados en 0,40 euros el litro de leche.«La situación es lamentable», denuncia el coordinador regional de UCCL, Jesús Manuel González Palacín, y añade que «hemos pasado una presidencia europea sin pena ni gloria, seis meses en los que no se ha hecho ninguna propuesta para arreglar esta situación. Elena Espinosa Malgana, ministra de Medio Ambiente, Rural y Marino ha vuelto con las manos en los bolsillos diciendo que el trabajo estaba hecho, pero ni mucho menos».Los datos ofrecidos por la UCCL han evidenciado la gravedad de la situación a escala regional. Castilla y León ha pasado de contar con 40.961 granjas de vacuno en 1987 a tan solo 2.162 en la actualidad. Por provincias es Soria la más afectada por la caída, pues en estos 23 años ha perdido el 99,1 por ciento de su producción láctea. Palencia, con un decrecimiento del 89,92 por ciento, ofrece, con las mejores cifras porcentuales, un ejemplo de victoria pírrica.«La causa de esas caídas es la falta de rentabilidad de las explotaciones. El vacuno lácteo se ha concentrado a lo largo de los años en muy pocas granjas, pero se han perdido activos y potencial productivo», explica Jesús Manuel González. «Esto será siendo aprovechado por otros países, que están copando los nichos de mercado».Francia es el país productor de leche, con cerca de 24 millones de toneladas anuales de producto, que más está exportando a España. De los nueve millones de toneladas que son consumidos en España al año, cerca de tres son importación de la industria gala.«La leche de Francia no tiene la misma calidad que la española. Pasa tres días almacenada en una cisterna y esto perjudica a la leche. Además, se le extraen dos tercios del agua para luego volver a añadírselos. Sin embargo allí se paga mejor la leche a los ganaderos» explica el coordinador regional de la Unión de Campesinos. Añade, además, que «el consumidor debería poder elegir de dónde es la leche que se lleva a casa».Aunque la recuperación total del sector lácteo se antoja imposible, González Palacín recomienda «conseguir acuerdos contractuales con los productores de leche, restablecer el sistema de cuotas en la Unión Europea para asegurar el patrimonio de los ganaderos y tomar medidas para que la leche deje de venderse por debajo de su coste productivo».