700 personas reclaman el cierre inmediato de la central de Garoña

ICALMás de 700 personas, según datos facilitados por la Guardia Civil, participaron ayer en la XXXI Marcha contra Garoña que, un año más, reunió a ecologistas y detractores de la energía nuclear que reclamaron al Gobierno el cierre inmediato de la central de Garoña, al considerar que la energía nuclear es un sistema «obsoleto y peligroso».Los miembros de la plataforma partieron pasadas las 12 horas de la localidad de Barcina del Barco e iniciaron una marcha a pie en la que participaron el portavoz de Izquierda Unida en el Congreso, Gaspar Llamazares, y el coordinador de IU en Castilla y León, José María González. Ambos se unieron a los gritos de centenares de vecinos que se apostaron a los pies de la central para gritar su disconformidad con la decisión adoptada por el Gobierno central, y que pretende prologar la vida de la central burgalesa hasta el año 2013.Llamazares destacó que la energía nuclear representa solamente el 19 por ciento de la economía, frente a otras energías menos contaminantes y peligrosas, motivo por el que apeló al Ejecutivo central a reflexionar sobre el cierre de todas las centrales nucleares de España.«No existe posibilidad de prórroga, la central es obsoleta y tiene dificultades importantes reconocidas por el propio Consejo de Seguridad», aseguró Llamazares quien mostró su negativa frente a un mantenimiento de la central, hecho que calificó de «promesa electoralista», refiriéndose al Partido Popular.La protesta frente a la central se ilustró con una ruleta en la que el Ministerio de Industria decidía a modo de rifa el nombre de la localidad en la que se instalará el Almacén Temporal Centralizado (ATC). Precisamente, uno de los detractores de la puesta en marcha de ATC y miembro de Ecologistas en Acción, Pedro Luis Gómez, insistió en que seguirán reclamando al Ministerio de Industria el cierre definitivo de Garoña, así como las adjudicaciones de los ATC.El burro antinuclearUno de los protagonistas de la jornada fue Baltasar, el burro que eligió entre dos arcones, uno favorable a la energía nuclear, y otro a las energías renovables. Finalmente, el animal se unió a la causa y se decantó por las energías renovables. El animal también hizo el recorrido junto a los manifestantes convirtiéndose en la principal novedad de una marcha que lleva celebrándose más de tres décadas.