Una Ofrenda de flores, música y poesía

GABRIEL DE LA IGLESIA / Miranda

Poco a poco van quemándose los días de fiesta. Ayer, segunda de las grandes jornadas de los festejos de este año, la gran protagonista fue precisamente la patrona de la ciudad, la Virgen de Altamira, que recibió la visita de cientos de mirandeses dispuestos a agasajarla como mejor saben: con flores, música y poesía. De hecho, la primera de las numerosas ofrendas realizadas ayer por las instituciones, asociaciones y clubes deportivos de la ciudad fue la del grupo coral Orbe, que interpretó una obra realizada especialmente para la ocasión y cuya partitura fue cedida a la Cofradía de Altamira.

Eso sí, el tradicional acto no pudo llevarse a cabo este año en su ubicación habitual. Y es que, las obras de rehabilitación a las que está siendo sometido el teatro Apolo impidieron la celebración del multitudinario acto en la plaza de Santa María. En su lugar, la actividad se trasladó hasta la cercana plaza de España, y a pesar de las circunstancias, el acto fue todo un éxito. Incluso se ganó algo de vistosidad gracias a la amplitud que ofrece la céntrica plaza. Sea como fuere, los mirandeses tendrán que acostumbrarse a esta ubicación, ya que las obras del Apolo van para largo y durante los próximos años será imposible volver a la plaza de Santa María.

También fue especialmente multitudinaria la tradicional Procesión de los Faroles, que una vez más partió desde el Caso Viejo para recorrer varias de las calles más céntricas de la ciudad. Centenares de personas acompañaron el paseo que se dio la figura de la Virgen por algunos de los rincones más concurridos, siempre con los faroles custodiando su marcha.

Para todos los gustos

Pero no todo fue tradición y religiosidad, ni mucho menos. Cumpliendo con la máxima perseguida por el Ayuntamiento en el diseño del programa festivo, las actividades planteadas para la jornada de ayer se repartieron por toda la ciudad. Así, los más pequeños de la casa pudieron volver a disfrutar del gran parque infantil instalado en el Antonio Cabezón o de los títeres ecológicos del 'titiribus', aparcado desde el sábado en el Antonio Machado.

También pudieron disfrutar pequeños y mayores de las actuaciones de magia dispuestas a lo largo de las calles peatonales del centro. Artistas como el Mago Patxi o el Mago Linaje sorprendieron a propios y extraños con sus trucos plagados de humor.

Por su parte, la apuesta juvenil de la jornada se centró en la disposición de sendas consolas de videojuegos y simuladores de Fórmula 1 en el pabellón del Ebro.

Ya por la noche, la actividad se trasladó hasta los diferentes escenarios dispuestos a lo largo y ancho de la ciudad. Así, mientras el patio del colegio de Altamira acogía los ritmos cubanos de Trovahabana, los grupos mirandeses The Metal Slug y The Rockin Pneumonías preparaban sus actuaciones en el Casco Viejo. Apenas media hora después arrancaba la actuación de Ulraviolet e Iron What, que rindieron un particular tributo a las bandas U2 e Iron Maiden, respectivamente.

Con todo, las fiestas se despedirán hoy después de cuatro intensas jornadas. Eso sí, no lo harán hasta que desfilen las carrozas a partir de las 9 de la tarde en la calle La Estación