Las carrozas vuelven a tomar La Estación

GABRIEL DE LA IGLESIA / Miranda

Ha pasado mucho tiempo y las cosas han cambiado bastante. Los materiales no son los mismos, las herramientas son mejores y los lugares de trabajo son más cómodos, pero la ilusión por deleitar a los mirandeses sigue siendo la misma que hace cincuenta años. Al menos para los cuatro grupos carroceros que participaron ayer en la quincuagésimo sexta edición del tradicional Desfile de las fiestas patronales.

Eso sí, en este caso bien se puede decir aquello de «cualquier tiempo pasado fue mejor». No en vano, el certamen está viviendo actualmente uno de sus momentos más complicados por el escaso volumen de participación. Este año fueron cuatro carrozas, igual que el anterior y una menos que en 2009, unas cifras muy alejadas de las registrada hace ahora unas cuantas décadas.

A pesar de ello, la calidad de las obras sigue siendo magnífica. Unos diseños imposibles, miles de papelitos de colores, una impresionante iluminación de las carrozas y la gran puesta en escena de los más pequeños marcaron la tónica dominante del Desfile de este año, que volvió a transitar por el circuito formado por las calles La Estación, San Agustín, Ramón y Cajal y Concepción Arenal.

La primera de las carrozas en pasar frente al palco de la zona peatonal de La Estación fue ‘¿Jugamos’?, de Nueva Ilusión. Echando mano de clásicos de las consolas de los años 90, como Mario Bros y su inseparable Luigi, el grupo carrocero, que el año pasado cumplía su trigésimo aniversario, quiso hacer un guiño a todos aquellos personajes que marcaron una época.

La segunda carroza en desfilar fue la titulada ‘Invasión digital’, obra firmada por el grupo Trotamundos, otro de los veteranos en estos menesteres. Y aquí llegó la contrapartida, ya que el concepto de la carroza era justo el contrario a de la anterior, reivindicando los juguetes más clásicos frente a las nuevas alternativas de ocio infantil.

Una temática muy diferente mostró la tercera carroza, titulada ‘Mare Nostrum’. Un cangrejo, un simpático pulpo gigante y varios caballitos de mar fueron los protagonistas del particular ecosistema marino concebido por el grupo ‘Arco Iris’, que una vez más deleitó a los miles de mirandeses apostados en las calles con su puesta en escena.

Por su parte, la cuarta carroza en discordia fue la realizada por Ovejas Negras, el último de los grupos en incorporarse al certamen. Con apenas cuatro participaciones a sus espaldas, sus componentes han conseguido meterse de lleno en la terna y con su carroza titulada ‘No hay color’ volvieron a demostrar que esto de las carrozas no es un coto reservado a unos pocos y que con un poco de ingenio, algo de maña y muchas ganas se pueden obrar auténticas maravillas.

Y así fueron desfilando una tras otra, acompañadas, como viene siendo habitual, de la Banda Municipal de Música, de los pasacalles ‘La tribu del dragón’ y ‘Nuestro planeta’, de varios de los grupos folclóricos de la ciudad y de los grupos de animación ‘K de calle’ y ‘Barroco roll’.

Fin de fiesta

Con todo, el Desfile y la posterior sesión de fuegos artificiales marcaron el punto y final a las fiestas de este año. Unos festejos que han sido todo un éxito de participación ciudadana. A ello ha ayudado sin duda el buen tiempo reinante durante todo el fin de semana, llegando a temperaturas máximas de 35 grados en la tarde del sábado.

Además, se ha conseguido cumplir uno de los principales objetivos del Ayuntamiento durante la preparación del programa festivo. Las actividades, diseñadas para satisfacer los gustos de todos, se han repartido por varios puntos de la ciudad, aglutinando en algunas ocasiones a miles de personas. Ejemplo de ello han sido los tres conciertos celebrados en la calle Cantabria, las tres sesiones de fuegos artificiales o el Desfile de ayer.

Ahora, una vez pasadas las fiestas patronales, toca volver a la normalidad. Eso sí, no será por mucho tiempo, ya que el próximo jueves comienza Ebrovisión... Y luego llegará Navidad... Y luego Carnaval... Y luego Semana Santa... Y luego el Mercado Medieval... Y luego San Juan del Monte...