Quintanilla San García se llena de la historia sobre cuatro ruedas
Veteranos tractores se reunieron con históricos turismos Seat 660, Mini y Citröen 2CV
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G. GONZÁLEZ / Briviesca
La villa de Quintanilla San García lleva tiempo apostando por la recuperación de los legados históricos, tanto de su pasado más lejano como del pasado siglo sea cual fuere su formato. Así, durante toda la jornada las calles y plazas de la localidad dieron un salto hacia atrás en el tiempo recuperando sonidos del pasado.
En esta ocasión no se trataba de música, sino del producido por motores que cambiaron en las últimas décadas del pasado siglo la historia del campo y ciudad.
Más de cuarenta vehículos históricos entre los que se encontraban tractores, turismos y hasta una veterana moto acudieron a la cita ante los ojos, unos nostálgicos y otros sorprendidos, de vecinos y visitantes.
De entre estos últimos no pocos lo fueron al tropezarse en su camino con una inesperada caravana de tractores que desaparecieron hace décadas de los campos o ante la insólita imagen de antiguos turismos en la carretera.
Lógicamente, tratándose de una de las contadas villas donde se levantó, hace más de treinta años, un monumento al tractor estos vehículos agrícolas despertaron los mayores recuerdos entre los mayores.
Tampoco los turismos con el señero Seat 600, como principal protagonista, dejaron indiferentes a los espectadores que rememoraban andanzas juveniles a bordo de los pequeños utilitarios.
Dos caballos
En semejantes términos se admiraban los 'Dos caballos' que fueron competencia en las zonas rurales del 600 y cuya versión en furgoneta aún hoy presta servicio a sus propietarios.
El estilo más urbano de los impecables Mini asistentes atraían de forma especial a los más jóvenes sorprendidos por sus líneas deportivas pese a haber sido diseñados décadas atrás.
La integración de todos los vehículos históricos en el paisaje urbano de Quintanilla resultaba tan natural que la sensación era que el tiempo había retrocedido a todo gas.
Los veteranos agricultores volvían a sujetar con fuerza los duros volantes de tractores con los que cultivaron los campos en su juventud. Se comentaban las particularidades de los modelos más populares y las anécdotas de los primeros años de motorización de la agricultura escuchando los motores como si fuera la banda sonora de sus años mozos.
Por su parte, la siguiente generación recordaba con mayor nitidez la aparición de los utilitarios en las calles donde crecían a bordo de los cuales se marchaban y retornaban los veranos los que apostaron por la ciudad.
El equipamiento de algunos de los 'seiscientos' con las típicas 'vacas' llenas de maletas de madera y cartón, además del indispensable jamón del pueblo, despertaban los recuerdos en blanco y negro de los espectadores.
Varias asociaciones
Esta vuelta al pasado organizada por el Ayuntamiento de la villa fue posible gracias a la participación de tres asociaciones que agrupan a los entusiastas de los vehículos que metieron a la sociedad rural y urbana en el desarrollo de mediados y finales del pasado siglo.
Así, los tractores restaurados por Campomar, asociación Española de Amigos de la Maquinaria Agrícola, mostraron con once ejemplos la evolución desde el año 1951 a 1965 de estos vehículos.
Por su parte, el Club 600 Burgos y el Club Mini Burgos, así como poseedores de Citröen, Seat 124 y los populares 'Escarabajos' aportaron la parte más puramente automovilística del pasado.
Una de las características comunes a todos los participantes en la reunión es que todos los vehículos funcionan a la perfección y son mínimos los cambios introducidos en ellos.
Esta fidelidad histórica también fue muy comentada por los asistentes que los inmortalizaban fotografiándolos hasta en los más mínimos detalles.