El Correo de Burgos

El catalogo del PEPCH de Briviesca incluye 87 elementos protegidos

Plan Especial de Protección del Casco Histórico incide en el apartado ambiental

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GERARDO GONZÁLEZ / Briviesca

La conservación del trazado histórico y la homogenización visual del casco histórico briviescano son las dos principales consideraciones del nuevo Plan Especial de Protección del Casco Histórico (PEPCH) de la ciudad. Un concienzudo y detallado estudio ha determinado establecer distintos niveles de protección a un total de 87 elementos en las categorías de integral, estructural o ambiental según su ubicación e historia.

Uno de los datos que se recoge en el catálogo de protección es la clasificación de los Bienes de Interés Cultural de la capital burebana que se fijan en 16 elementos. Esta alta cifra se explica al añadirse a los dos BIC más conocidos, Santa Clara y Santa María la Mayor, el convento de las Clarisas y el jardín por su valor como parte de la antigua fortificación de la ciudad.

No obstante, el grueso de BIC es el correspondiente a los escudos heráldicos que abundan en el casco histórico, tanto en edificios antiguos como en construcciones más recientes al ser recolocados tras las obras.

Aunque pudiera parecer un tema menor, el inventario de escudos de este plan permitirá evitar problemas a los propietarios de edificios blasonados. Un ejemplo de lo que puede llegar a suceder por la presencia de un escudo de armas en una fachada lo tenemos en lo ocurrido con el del antiguo Hospital de las Viejas.

Pese a que en la práctica sólo quedaba del histórico inmueble parte de la fachada con el citado escudo, esto sirvió para retrasar más de cuatro años las obras del edifico del nuevo Juzgado de Briviesca.

De hecho, se da la curiosa circunstancia de que cuando este edificio judicial entre en funcionamiento, con el escudo de la discordia colocado en su interior, este blasón cumplirá 500 años de existencia. La catalogación detallada de los elementos protegidos permitirá reducir las dificultades con las que se encuentran los propietarios de inmuebles del casco histórico para rehabilitar los edificios.

Este nuevo plan ha modificado el antiguo catálogo de protección, especialmente en lo referente a ambiental, del centro de la ciudad. Asimismo se han delimitado de forma singular las zonas urbanas donde se encuentran localizados los dos BIC presentes en la ciudad, dado el impacto que nuevas construcciones tendrían sobre estos elementos.

Con estas modificaciones se busca solventar los problemas que el actual plan urbanístico y del casco histórico de la capital burebana ha generado con el paso del tiempo.

Así, la proliferación de solares vacíos en el casco más antiguo ha aumentado por la necesidad de derribar edificios que amenazan la seguridad de los ciudadanos.

Mientras en las zonas más alejadas se ha procedido a la construcción de nuevos edificios dando como resultado zonas de baja densidad poblacional y el abandono del centro.

La intención declarada desde el Consistorio, especialmente con el casco histórico, es que la nueva normativa lo convierta en una zona cómoda para los ciudadanos, renovada pero respetando el estilo propio de la capital burebana, que impida una degradación como ha ocurrido en otras localidades.

Actualmente, los propietarios que desean rehabilitar edificios incluidos en el catálogo aún vigente se ven en la necesidad de cumplir una ingente cantidad de requisitos que hacen inviable la actuación. Incluso en el caso del propio Consistorio, actuar en los inmuebles se convierte en una pesadilla burocrática que se prolonga durante años hasta poder intervenir.

Para minimizar estas situaciones, en el nuevo plan se concreta la protección de elementos tales como zócalos, fachada o esquinal pétreo. Con estos datos, las rehabilitaciones serán más factibles al conocerse en concreto los elementos protegidos y así actuar de la forma más adecuada para su salvaguarda específica.

Esto también resultara de interés en la futura puesta en marcha de ARI que pretende el Consistorio para el centro de la ciudad aplicable para la mejora de los edificios deteriorados.

La puesta en marcha de este ARI contribuiría a paliar el visible deterioro de los edificios del casco histórico que genera una imagen poco atractiva de la conocida como ‘La bien trazada’ especialmente en calles tan transitadas como Medina o Mayor.

Actualmente, en el casco histórico más del 15% de los edificios aún en pie presentan un estado muy cercano a la ruina con muy pocas posibilidades de rehabilitación.

De hecho las complicaciones para la rehabilitación llevaron en no pocas ocasiones a demoler los edificios multiplicándose los solares en la zona más céntrica de Briviesca.

La falta de demanda de viviendas provocada por la crisis económica, ha restringido las posibilidades.

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