El consumo de paja para biomasa genera 6 millones al sector agrario
En la planta de Briviesca se han consumido 100.000 toneladas provinientes del cereal, suministradas por 38 empresas y 98 agricultores de la comarca burebana
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GERARDO GONZÁLEZ / Briviesca
La planta de biomasa de Briviesca ha generado, en su primer año de funcionamiento, ingresos para el sector agrario de unos seis millones de euros, correspondientes a las 100.000 toneladas de paja de cereal consumidas por la planta para producir electricidad. En doce meses, la instalación ha producido 120 GWh, que equivalen al consumo eléctrico de casi 40.000 hogares.
Estos datos han sido facilitado por Acciona, propietaria de un 85% de la planta a través de la sociedad Biomasa Briviesca y el otro 15% corresponde al Eren, que los ha hecho públicos con motivo de la feria Expobioenergía, que se celebra estos días en Valladolid.
La planta de Briviesca, en la que se invirtieron 50 millones de euros, se puso en marcha en pruebas a primeros de septiembre de 2010. En el último trimestre de ese año produjo 27 GWh, y en los nueve primeros meses del presente ejercicio ha generado 93 GWh.
Estos datos muestran el cumplimiento de las previsiones, teniendo en cuenta que en los meses iniciales de pruebas, la planta no funcionó al 100% de su capacidad operativa. Para el conjunto de 2011 se prevé una producción que rondará los 126 GWh.
La generación eléctrica de la central de Briviesca ha permitido evitar en un año la emisión a la atmosfera de 117 millones de toneladas de dióxido de carbono en centrales térmicas de carbón, lo que supone un esfuerzo de depuración de la atmósfera equivalente al de casi seis millones de árboles.
El suministro de paja de cereal a la planta de Briviesca ha discurrido durante este año con total normalidad, hasta el punto de que se han ejecutado al 100% los contratos establecidos en su momento, en diferentes modalidades.
En el primer tipo de contrato, el de la adquisición de la paja en el campo, ha hecho que 98 agricultores y una empresa de servicios de empacado y recogida, radicados en un radio de 15 kilómetros en torno a la central, hayan aportado 11.000 toneladas de paja.
Otras 17 empresas han suministrado 28.000 toneladas, mediante su almacenamiento intermedio en diferentes puntos de la provincia de Burgos para su transporte posterior a la central, y 21 empresas más han transportado directamente la paja a la planta, 61.000 toneladas en total, de zonas productoras de Burgos, Palencia, La Rioja y Álava. Esto hace que, además de los 25 empleos directos en planta, los puestos de trabajo inducidos por la instalación en toda la cadena de suministro, en especial en la recogida y transporte de la materia prima, suman 75 adicionales, lo que totaliza 100 empleos vinculados a la actividad de la planta.
Desde finales del pasado verano está en funcionamiento la planta de tratamiento terciario que permite a la planta de biomasa de Briviesca reutilizar para su proceso productivo las aguas residuales de la comarca una vez depuradas, lo que cierra el ciclo del agua y reduce la huella ecológica de la instalación.
La nueva planta de tratamiento se ubica en la Estación Depuradora de Aguas Residuales de la localidad, y ha requerido una inversión de 1,6 millones de euros por parte de la sociedad propietaria de la planta de biomasa.
Esta actuación medio ambiental convierte a la central de Briviesca en una de las instalaciones pioneras en España en el aprovechamiento de agua depurada para el ciclo productivo de plantas térmicas.
La empresa Acciona dispone de otras dos plantas de biomasa exclusivamente dedicadas a la producción de electricidad, la primera de ellas, de 25 MW de potencia, en la localidad navarra de Sangüesa y la segunda, de 16 MW, en la cacereña de Miajadas. Junto con la de Briviesca totalizan 57 MW de potencia, alrededor de 150 millones de euros de inversión, y una producción equivalente al consumo de 150.000 hogares, a partir de la combustión anual de más de 400.000 toneladas de biomasa.
La compañía tiene otros cinco proyectos de plantas de biomasa en tramitación, dos de ellos en Castilla y León concretamente en Almazán, 16 MW, y Valencia de Don Juan, 25 MW. Ambos proyectos cuentan con declaración de impacto ambiental positiva y la compañía está tramitando los permisos administrativos, de conexión eléctrica y concesión de utilización de agua de ambas instalaciones.
La complejidad logística que entraña el aprovechamiento energético de la biomasa, las dificultades de financiación de las instalaciones, así como una retribución considerada insuficiente por el sector ha ralentizado hasta ahora el desarrollo de la biomasa en España.
De hecho la plata briviescana sufrió un importante retraso en su construcción y puesta en marcha desde que se anunció la elección de la capital burebana para su radicación.