Los colores del otoño ensalzan la Fiesta de la Trashumancia

CARMELO GARCÍA / Tolbaños de Arriba

En medio de un excelente ambiente climatológico, aunque la mañana amaneció algo fría y escarchada, y una decoración natural plena de cromatismos y aromas, el pueblo de Tolbaños de Arriba celebró en la jornada de ayer una nueva edición de la Fiesta de las Trashumancia.

Y las asociaciones culturales 'Virgen del Salterio' y 'La Piña', la práctica totalidad del pueblo, se apuntaron un nuevo éxito organizativo, porque que ganas y atavíos tradicionales no faltan a las gentes de Tolbaños de Arriba para mantener vivo el recuerdo de una actividad a la que han estado vinculadas esta parte de la Sierra de la Demanda, y la zona de Pinares.

Para ello, antes de las 10 de la mañana el señor Vicente Serrano y cinco 'cocineros', que también se encargarían de la caldereta de cordero 'macaco' de la comida, estuvieron aderezando la migas de pastores -sólo aceite, ajo, sal, agua y seis hogazas de pan, bien movidas con una pala de madera-, que fueron complementadas, a la hora del reparto entre los participantes y visitantes, con unos ricos torreznos y vino en porrón.

Mientras se degustaban los manjares de antaño, el mayoral, Desiderio Serrano, estuvo atento al centenar de merinas, separando las ovejas que estaban criando, para luego, tras el pago de la guía al alcalde, David Segura, poder caminar por el pueblo hacia la trashumancia. El 'merinero' que hasta hace tres años ha ejercido como tal, mantiene en Tolbaños de Arriba la actividad pastoril con su hermano José Antonio, «cuidando que los carneros sean bien válidos, porque con dos sementales nos basta para un centenar de ovejas».

El almuerzo pastoril fue el punto de partida de las siguientes actividades que continuaron con el cántico de la Salve, en la ermita de la virgen del Salterio, y la recogida del rebaño, que se encontraba en un cercado cercano.

La campa del templo sirvió de enlace para la bajada de las merinas hacia el pueblo, para cumplir un requisito administrativo: el mayoral del rebaño, había de satisfacer unos impuestos al alcalde para que éste le diera permiso de paso y de pastos. Cumplimentado el acto, los pastores con sus ovejas pudieron transitar por las calles del pueblo para dirigirse hacia el término de Revilla donde un chozo construido para la ocasión, fue testigo de los cánticos de la despedida propiamente dicha. Durante el paso por las calles de Tolbaños, la comitiva pudo comprobar escenas y talleres relacionadas con el trabajo de la lana.

Una vez 'despedidos' los trashumantes, con el cántico 'Ya se van los pastores…', se llevó a cabo la comida de hermandad en una zona recreativa, protagonizada por las sopas de ajo y la caldereta de pastores, con 41 kilos de carne de cordero, a la que asistieron más de un centenar de personas.

El presidente de la Asociación Cultural 'Virgen del Salterio', Teófilo Serrano, manifestó a este periódico que estaban «muy satisfechos con el desarrollo de la jornada, que ha contado con la implicación directa de unas 70 personas, y en la que han destacado los talleres del trabajo de la lana». También añadió que hoy domingo partirá hacia Madrid un autobús con vecinos ataviados de 'trashumantes' para participar en la XVIII Fiesta de la Trashumancia.