Dujo apuesta por una PAC que defienda al productor ‘superactivo’
El «presupuesto comunitario, las hectáreas elegibles para el pago y los mecanismos de intervención» son las claves que exigen los campesinos
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J. C. R. / Burgos
El presidente regional de Asaja, Donaciano Dujo, insistió ayer en la necesidad de proteger al agricultor y ganadero «superactivo», es decir, el que no sólo vive de sus explotaciones y obtiene sus rentas de ellas, sino que además las da un valor añadido «porque invierte en la mejora» de su hacienda por lo que deberían ser los perceptores de las ayudas directas de la Política Agraria Comunitaria (PAC).
Esa es sólo una de las cuatro claves en las que la PAC «debería insistir». El resto son el «presupuesto comunitario, las hectáreas elegibles para el pago de la PAC y los mecanismos de intervención». Y es que sobre la idea de la poítica de la Unión Europea en materia agroganadera penden muchas «incertidumbres», a juicio de Dujo.
Asaja ha recalcado que la crisis estructural por la que atraviesa el campo ha provocado la desaparición de 250.0000 ovejas en los últimos cinco años y la pérdida de un 30% de las explotaciones ganaderas en la provincia de Burgos.
EL LOBO. Lejos de pedir batidas que acaben con este depredador, Dujo apuesta por regresar a antiguas prácticas de alimentación de estos cánidos. Hace décadas se los alimentaba «con reses muertas para evitar que atacaran a los rebaños, incluso en las mismas lonjas y cobertizos en los que viven.
GARANTÍA SANITARIA. Tanto Dujo como Valdivielso subrayaron la necesidad de un «control sobre ciertos animales, como jabalíes y cánidos que transmiten enfermedades al ganado sano.
ROBOS. La organización agraria reclamará al nuevo Gobierno del PP que endurezca el Código Penal para que castigue a los ladrones reincidentes. Y es que, como explicó Dujo, los robos en explotaciones del campo se han incrementado con las consiguientes pérdidas de unas economías ya muy maltrechas.
TRAZABILIDAD. Asaja volvió a denunciar la entrada en España de lechazos franceses, hasta 300.000 en los últimos meses, que sólo hacen que «confundir al consumidor que desconoce si lo que compra es burgalés o francés», denunció Dujo.