El Correo de Burgos

Muere a los 84 años Agustín Peña, el impulsor de la acción social en Las Matillas

En los años 70 alentó la creación del colegio del barrio mirandés y la militancia obrera cristiana . El funeral se celebró ayer y ya descansa en su pueblo natal, Valdeande

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Burgos

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J. C. R.  BurgosA Agustín Peña bien se le podría llamar el ‘cura de Las Matillas’. Moría el pasado sábado en Burgos, en la residencia de Barrantes, donde residía desde hace un año. El 28 de agosto próximo cumpliría 84 años. Hablar de este sacerdote en Las Matillas es hacer que se iluminen la cara a muchas personas, desde las amas de casa de entonces a los obreros a los que apoyó, en la etapa más complicada de la incipiente democracia, cuando vivían los conflictos más duros en sus empresas.Agustín Peña Vicario nació en Valdeande, muy cerquita de la cuna del patrón de la provincia, Santo Domingo de Guzman, Caleruega, un caluroso día 28 de agosto de 1928. Un amigo del pueblo es quien le mete el gusanillo de la vocación y su primer objetivo es ser monje benedictino en Silos. Pero los ‘renglones torcidos de Dios’ le llevan por otro camino e ingresa en el seminario de El Burgo de Osma y se ordena sacerdote en la catedral burgense. Espejón, Nomparedes y Castil de Tierra en la provincia de Soria; y Quintanamanvirgo; Berlangas de Roa; Barbadillo del Mercado, Miranda de Ebro, Aranda de Duero; Fuentelcésped y Burgos fueron sus hogares.En todos ellos dejó huella porque siempre se embarcó en proyectos atractivos y se mojó con los jóvenes y con los pobres.Uno de esos pequeños milagros surgidos desde el trabajo en común se produjo en Barbadillo del Mercado. Allí, entre Peña y un grupo de jóvenes tuvieron el valor de iniciar un taller de confección que llegó a producir 22.000 pantalones para la firma Confecciones Moradillo. Pero es eso sólo una pequeña muestra.Las MatillasLas relaciones con la jerarquía de la Iglesia no fueron nunca un punto fuerte de Peña. Siempre empeñado en la tarea de la evangelización a pie de obra, chocó en muchas ocasiones con obispos y curia. Miranda era una ciudad obrera con una fuerte implicación social de muchos vecinos y profundamente en crisis en el final de los años 70. Le trasladaron a un barrio abandonado y pobre, donde creó trabajo para los parados en la iglesia de San José Obrero. El barrio de Las Matillas, tal y como hoy se conoce difiere del actual. Estaba entre medio de una barriada obrera, pero más o menos acomodada, como era la de las viviendas de los empleados en la Central Nuclear de Garoña,  Nuclenor, y una de las zonas más deprimidas y tristes de Miranda, Las Californias. Los niños campaban a sus anchas por los descampados. No tenían escuela en el barrio y para asistir a clase debían de cruzar el peligroso paso del ferrocarril con una veintena de vías llenas de peligro.Su primera opción en Las Matillas fue por los pobres. Un colegio, que lleva ya 32 años de vida, y una parroquia son la herencia que en el barrio de Las Matillas recogieron de Agustín. Pero hay más. Los hombres, mujeres, niñas, niños, mayores… gente de todas las edades y condición recuerdan hoy a Peña como aquél hombre comprometido con la sociedad, con el barrio, con los pobres… dignificar la sociedad y, sobre todo, dar voz a quienes no la tienen; amor generoso, fuera de toda duda y salpicado por una iniciación incipiente en la HOAC que da forma y modela la vida de Agustín.El CospacUnos años más tarde, el arzobispo Teodoro Cardenal le trasladó a la Ribera del Duero a Agustín, a Fuentelcésped. Allí mantuvo su voluntad de orientar a los vecinos hacia la solidaridad y el trabajo comunitario. En su afán, en una etapa de crisis económica como la actual, junto a unos jóvenes y mayores, Agustín pone en marcha el COSPAC (Comité de Solidaridad con los Parados de Aranda y su Comarca). Y creó Cáritas Interparroquial en la capital ribereña. El empuje de este hombre maduro, pero con unas inquietudes de joven, era sorprendente. Era capaz de arrastrar con la fuerza de un adolescente a mayores y jóvenes; sus manos de obrero amasaron junto a los ribereños un modelo de persona nuevo que se encarnó en parroquias como Santa Catalina o en San José.  En Fuentelcésped también conocieron la garra del sacerdote. A la vera de la Virgen de Nava, con unos jóvenes entusiastas, pusieron en marcha la Cooperativa Nuestra Señora de Nava para aprovechar el campo y la potencialidad de las viñas.InmigrantesEn la etapa final de su vida, inició también la pastoral con inmigrantes con un pequeño grupo de latinoamericanos de distintos países, para que la Iglesia no sólo se ocupara de lo social sino también de lo espiritual, para que no perdieran su fe, sus costumbres religiosas, y se integran en la sociedad.Muchos logros consiguieron, entre otros orientar a los inmigrantes en esta situación donde hay una cultura materialista y de consumismo y  constituir en 2002 la Mesa de Pastoral con Inmigrantes.En la etapa última de su vida, un accidente de tráfico limitó su movilidad pero no su afán por evangelizar. Siguió en activo en la HOAC como consiliario e impulsor de sus equipos. Una inoportuna caída en octubre de 2010 mermó sus facultades hasta que el sábado por la tarde saludó a sus compañeros de la HOAC por última vez con la frase que tantas veces repitió: «Hasta mañana en el altar».El entierro tuvo lugar ayer en su pueblo natal, Valdeande y el viernes que viene está previsto que se celebre un funeral en su memoria en Burgos, en la parroquia del Espíritu Santo a las 19.30 horas. >IN MEMORIAMDon Agustín de todos. Por Raúl Berzosa, obispo de Ciudad Rodrigo (en la edición impresa)

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