Cooperativa Ventas de Armentia: firme apuesta por el mundo rural en Treviño

M. M. / Burgos

Diversificar y seguir en la brecha han sido los lemas defendidos por los responsables de la Cooperativa  Ventas de Armentia, los cuales les han servido no sólo para llevar más de cuatro décadas 'en la brecha' desde el entorno de Condado de Treviño, sino para ver recompensada esta labor con el premio al Cooperativista del año, concedido esta semana por Caja Rural.

Ejemplo claro de esta diversificación ha sido la apertura de una gasolinera en el Condado de Treviño el pasado mes de marzo, tras años de estudios previos del entorno, tramitaciones, permisos y obras.  La cooperativa ya trabajaba con gasóleo agrícola desde años atrás, y ante la necesidad de renovar unas instalaciones ya algo obsoletas, se empezó a pensar en 1999 en convertir la infraestructura existente en una moderna estación de servicio.

«Pero la finalidad no sólo era dar forma a una nueva dotación de utilidad para todos, sino de integrar ésta en el entorno natural donde ya estaba y hacerlo de forma sostenible», explica el gerente de la cooperativa, Benito Ocio.

El resultado, tras una inversión total de más de 770.000 euros, es hoy una dotación ideada por el arquitecto Raúl Fernández, que hace de esta nueva gasolinera una apuesta original al elegir la madera como el material ideal para ello.

«Si bien se da servicio de gasóil a cooperativistas y público, cuenta además con cafeterúa y una pequeña tienda, y todo ello desde el interior de un edificio en madera perfectamente acorde al entorno», explica. «Además de haber logrado dar un servicio a una zona que adolecía de éste, a la vez que se busca algo de beneficio para los propios cooperativistas», añadió el responsable.

42 años de trabajo

Sin embargo, Ocio debe reconocer que la crisis les está dificultando cumplir con los objetivos marcados. Si bien pensaron en lograr un beneficio de las ventas para los cooperativistas ajustando precios para el cliente a la hora de pensar en los márgenes comerciales, la implantación por parte de la Junta del inesperado 'centimazo' en los combustibles, ha frenado esas expectativas.

«De hecho, éste se implantó 15 días antes de abrir y hemos tenido que lidiar con ello, aunque suponga una clara desventaja frente a aquéllos que se dedican a lo mismo apenas unos kilómetros más allá, en el vecino País Vasco, donde no lo tienen», aseguró.  

Ocio reconoce hoy, que las cosas han cambiado mucho en estos años, quedando ya un poco atrás aquel 1970 en que una docena de agricultores de la zona de Treviño comenzaron a fraguar la idea de crear una cooperativa. El objetivo, trabajar desde su seno tanto por la mejora del mundo agrario en el entorno -y por extensión de la labor de los cooperativistas-, como para impulsar la economía en la zona. «Aquellos 12 se han convertido hoy en cerca de 60 -algunos de ellos incluso de la vecina provincia alavesa-, y en un volumen de actividad que da lugar al almacenaje de más de 30 millones de toneladas de cereal», cifraba.  

A la hora de hacer balance, Ocio confiesa que si bien hay puntos 'negros' -entre los que  incluye el centimazo y el freno de la crisis-, reconoce que el saldo es más bien positivo. Y dentro de éste, esa posibilidad de diversificar la actividad actual -donde se planea estudiar en un futuro el potencial de combinar el cereal y el combustible-, a la que suma seguir impulsando el sector agrícola.

Atraer a la juventud

Por un lado, mediante la creación de empleo con la puesta en marcha de iniciativas como ésta, «con la que hemos creado 3 puestos más siendo 6 los empleados en la gasolinera», explica, que a la vez animen a los jívenes a involucrarse en la defensa del mundo rural. «Es verdad que contamos con gente joven en la cooperativa, pero también lo es que nos gustaría que fueran más y que nos ayudaran a seguir adelante, ya que lo más positivo de todo es el bienestar que te da trabajar en el mundo rural y en su conservación, y eso es algo que debemos transmitir a los que vengan detrás», aseguró.