El Correo de Burgos

San Miguel de Pedroso retorna por unas horas a su pasado más glorioso

Con pesetas, ropas, oficios, vehículos y hasta una boda en latín en la villa

-

-

Burgos

Creado:

Actualizado:

GERARDO GONZÁLEZ / BriviescaEntrar en San Miguel de Pedroso la mañana del sábado era literalmente acceder a un túnel del tiempo que retrotraía a los visitantes a mediados del siglo XX en todos sus detalles.  La voz de Bobi Deglané tan popular en las antiguas radios de lámparas, los ingeniosos anuncios publicitarios de la década de los 50 y la sempiterna copla española era el primer contacto con el pasado de los visitantes.Unos metros más adelante los campesinos trillaban en la era ayudados de bueyes y mulas el cereal recién segado a hoz, mientras los carros circulaban por la calle principal cargados de gentes y paja.Como antaño, el peatón sorteaba a los jinetes que a lomos de caballo aún eran los más comunes aunque ya los primeros vehículos a motor aparecían aparcados en las estrechas calles. Al ambiente bullicioso del día de fiesta en San Miguel de Pedroso no le faltaba ni un detalle con los rapaces de pantalón corto, gorra y tirachinas en la faja curioseando en los puestos de los artesanos y las mujeres cubiertas con pañuelo charlando animadamente.Los hombres siguiendo la tradición vestían según su lugar en la sociedad destacando los carreteros serranos con sus blusas, los pudientes con sombrero y chaleco y los trabajadores con ropa de faena. Algunos se empeñaban en limpiar de malas hierbas los aledaños del molino harinero a golpe de guadaña mientras la sierra de mano cortaba la madera para alimentar la fragua del herrero local. La parte más seria se encontraba en el Banco de San Miguel donde el cajero cambiaba la moneda de los forasteros por la peseta local que recuperaba su hueco en los bolsillos.Para evitar desmanes una pareja de la Guardia Civil con el acharolado tricornio recorría la villa logrando atrapar a un ladrón de gallinas ‘in fraganti’ aunque él afirmaba que el ave solo ‘le acompañaba’.Como antaño una boda era el mayor acontecimiento social para todo el pueblo y así fue en esta ocasión acudiendo novios y padrinos en los tradicionales carros a la ceremonia.La fidelidad del acto fue absoluta con el párroco oficiando de espaldas a la congregación siguiendo al detalle las costumbres de las bodas preconciliares empleándose solo el latín en el acto.  De la buena memoria de los vecinos da fe que a las palabras del párroco dirigidas a los fieles eran respondidas en latín por el público.  Este participativo retorno al pasado  demostró la capacidad de implicación e ingenio de la asociación ‘El Priorato’ de San Miguel de Pedroso.

tracking