PATRIMONIO CULTURAL EN PELIGRO
La mayoría de los retablos están en estado precario
Polvo, humedad e insectos amenazan la integridad de las piezas que éstos albergan, y que datan desde el siglo XV al XVIII
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G. G./ Briviesca
La excolegiata de Santa María La Mayor de Briviesca suma, en su destartalado interior, la mayor cifra de retablos de la capital burebana, presentando todos ellos un estado muy preocupante. Y en general, todo el edificio, con la humedad como principal enemigo, que ha afectado ya a varias de estas piezas artísticas casi desconocidas por el cierre al público de la excolegiata.
Las piezas más 'afortunadas' sólo presentan un aspecto de abandono y pequeños daños que, de no ser reparados, acabarán por ser de importancia. El resultado de la exposición 'Las Edades del Hombre' en Oña, en cuanto a capacidad de atracción turística interesada en patrimonio artístico-religioso, ha constatado que se trata de un recurso de primer orden.
Retablo de Santa Clara
De hecho, la 'estrella' en la capital burebana es precisamente un retablo, el de Santa Clara, dándose la singularidad de que su 'hermano pequeño' permanece olvidado y víctima de los insectos a pocos metros de él. Concretamente se trata del existente en la Capilla de Santa Casilda, también llamada de las Once Mil Vírgenes, de la que toma el nombre su retablo. Se trata de una obra romanista fechada sobre 1565 y atribuible al artista Pedro López de Gámiz, compartiendo la ausencia de policromía y dorados siguiendo la plástica miguelangelesca del de Santa Clara.
Su aspecto, cubierto por una funda de plástico y los daños visibles en algunas partes descubiertas por insectos xilófagos son muestras de que su integridad y futuro corren un riesgo evidente.
En semejante situación están el retablo del Rosario, de principios del siglo XVII presidido por una talla de San Roque, un retablo del XVIII, con efigie de San Pedro Papa, sentado en cátedra, el retablo de Santa Teresa, con rocallas características del XVIII y el retablo del Crucificado, neoclásico, que encabeza la nave.
El retablo mayor cuenta con un retablo barroco del siglo XVIII presidido por la patrona de la villa, Nuestra Señora de la Asunción, talla del siglo XV y flanquean la imagen mariana tallas barrocas de San Joaquín y Santa Ana. Además, acompañan a este retablo mayor dos retablos barrocos coetáneos de menor tamaño confiriendo a esta acumulación de elementos artísticos en Santa María La Mayor su consideración, durante siglos, de máximo centro eclesiástico de La Bureba.
La última ocasión en la que los retablos lucieron con su esplendor fue en el actos conmemorativos del sexto centenario de las Cortes de Briviesca, a las que asistió el Príncipe Felipe, dado que en ellas se estableció el título de Príncipe de Asturias para los herederos al trono español.
El proyecto de reapertura a las visitas turísticas de esta antigua colegiata intenta evitar que el estado de deterioro, tanto del propio templo como de su contenido, alcance un punto crítico de pérdida irreparable. De hecho, esta situación tiene en la Capilla del Sagrario una muestra evidente tras pasar de ser una joya artística del patrimonio local a una estancia cercana a la ruina.
Construida en 1667, estaba considerada como una joya barroca pero los daños en las cubiertas del templo, que fue cerrado al culto en 1997 tras un desprendimiento, permitieron que el agua se filtrara en el interior.