El Correo de Burgos

INCERTIDUMBRE EMPRESARIAL

Euforia contenida de la plantilla de Unopan tras el acuerdo con Kronospan

Las negociaciones se iniciaron el pasado 1 de noviembre. La empresa entró en proceso concursal a mediados del pasado 2011

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Burgos

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C. G. / Salas

Los trabajadores de Unopan y la comarca serranomatiega están de enhorabuena, tras el acuerdo laboral alcanzado entre Kronospan -empresa propietaria de la factoría maderera salense-, y los representantes sindicales de la plantilla. Y es que gracias a las arduas negociaciones que se han mantenido diariamente desde el 1 de noviembre, los 75 trabajadores de Unopan podrán incorporarse, mediante subrogación de contratos, a la nómina de la multinacional austriaca, desde dicha fecha.

Según fuentes sindicales, el documento consensuado contempla una reducción salarial, estimada alrededor del 4%, y un aumento de la jornada laboral de cinco días al año.

«No podemos ser del todo triunfalistas, pero se ha conseguido lo más importante que es el mantenimiento de los puestos de trabajo y del tejido industrial de la comarca», comentaba un representante del comité de empresa a este periódico, que mostraba visiblemente su euforia contenida. «Pero aún quedan flecos en los que llegar a acuerdos, que han sido el resultado de unas negociaciones muy duras», matizaba el portavoz sindical.

La buena noticia ha podido comprobarse esta misma semana durante esta misma semana, con las máquinas de la factoría salense a pleno funcionamiento, síntoma inequívoco de que «ya estamos produciendo tablero», afirmaba.

Inversión de 78 millones

La factoría Unopan, que se dedica a la fabricación de tablero aglomerado de densidad media MDF, inició su actividad productiva en junio de 2008, tras dos años de trabajos dedicados en la explanación de los terrenos, sobre una superficie de 20 hectáreas, y el alzamiento de las instalaciones fabriles.

El proyecto, con una inversión directa de 78 millones de euros, fue subvencionado en un 30% por la Junta. Tras el primer año de actividad ya se detectaron ciertos problemas de incumplimiento, por parte de los propietarios de la empresa, en la relación contractual con los trabajadores.

Pero los problemas aumentaron en 2010 y la empresa entró, a mediados de 2011, en un proceso concursal que la llevó a apagar las máquinas en diciembre, circunstancia que esporádicamente no se ha producido desde entonces. Los trabajadores han mantenido una actitud reivindicativa en defensa de sus empleos  e intereses laborales, por lo que organizaron una manifestación en marzo del pasado año 2011 para reclamar una solución a la situación de la empresa serrana.

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