«Que la llama del monasterio de San Pedro de Arlanza siga viva»

CARMELO GARCÍA / San Pedro de A.«Que la llama del monasterio de San Pedro de Arlanza se mantenga viva», así lo deseó el presidente de la Asociación para el Desarrollo de Tierra Lara, Borja Rosales, en el transcurso de la clausura de los actos del 1.100 aniversario de la fundación del histórico cenobio castellano. En ese sentido, «y buscando un nuevo modelo de gestión del monasterio, que lo convierta en motor de desarrollo, vamos a trabajar desde Tierra de Lara, vecinos y pueblos de la zona».La intervención de Rosales se produjo, durante la mañana de ayer, en las inmediaciones de la abadía en el momento antes de descubrir el cartel con información turística de la comarca y del monasterio, que Tierra de Lara ha colocado para realzar el monumento.Muchos habitantes de los pueblos de Lara, y representantes municipales, se dieron cita para asistir al cierre del significativo evento, que, desde el 12 de enero de este año, ha contado con más de 20 actividades, para destacar el valor histórico, cultural, natural y religioso de San Pedro de Arlanza.RepresentacionesEntre ellas destacan la representación teatral de ‘El conde Fernán González’, de Lope de Vega, llevada a cabo este verano, en las ruinas monásticas, por el grupo de Tierra Lara; la retransmisión de la misa desde la iglesia parroquial de Hortigüela; y la impresión de la efemérides en sorteos de Lotería Nacional y de la Once. El Monasterio benedictino de San Pedro de Arlanza está considerado como cuna de Castilla. Y uno de los cenobios más impresionantes que tuvo la Castilla Condal. Se trata del lugar elegido por el primer conde independiente de Castilla, Fernán González, para su enterramiento. Aquí estuvieron enterrados el conde y su esposa Sancha por deseo propio, hasta su traslado a la Colegiata de Covarrubias en 1841.Pero el presidente subrayó especialmente, la colaboración de vecinos y habitantes que «con sus brazos y sin apenas apoyo institucional han hecho posible el desarrollo del programa conmemorativo, y llamar la atención sobre San Pedro de Arlanza».Un nogalComo complemento del sencillo acto, se plantó en el mismo paraje un nogal para sustituir al árbol singular que, con unos 800 años de vida, ha permanecido y sido testigo de muchos encuentros vecinales y administrativos.La anécdota de la jornada se produjo, previamente al descubrimiento del cartel, cuando un grupo de turistas se dirigieron al grueso de gente preguntando si alguien sabía si el monasterio lo iban a abrir para poderlo visitar, porque se encontraba cerrado. Sólo se refirió que, según la planificación anual, el complejo histórico-artístico no se abre el último fin de semana de cada mes.