El Correo de Burgos

>ECONOMíA / Relanzamiento de la industrial textil en Briviesca

Siempre hay un roto para un descosido

Cinco antiguos trabajadores de una firma textil que cerró en Briviesca han relanzado el negocio creando su propia marca: Antonaga

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Burgos

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M. M. / Burgos

«El balance es positivo, porque seguimos ahí». Con esta optimista, y  a la vez realista, afirmación resume Jorge Ruiz los apenas quince meses de vida de Briconf Sastrería & Innovación, la empresa textil de trajes a medida que él mismo puso en marcha en el polígono briviescano de La Vega junto a otros cuatro compañeros de la ya desaparecida empresa Confecciones Cardenal, después de que cerrara en 2009.Poca importancia le dan también a las cifras «ya que aún tardaremos unos años en poder dejar de hablar de cubrir gastos a hacerlo de beneficios después de una inversión inicial de 400.000 euros». En sus primeros quince meses de vida han fabricado más de 3.500 prendas de media y ya se plantean  lanzarse al exterior y hacerse presentes on line. Son los dos proyectos más inmediatos en los que se encuentran inmersos, pero sin olvidar el objetivo inicial: seguir ahí y consolidarse. Ruiz explica que en la página web, que está casi acabada, destaca la incorporación de un catálogo on line, que complementa al que ya entregan en mano a sus clientes con  sus tres muestrarios anuales: de primavera-verano, de otoño-invierno y de ceremonia. En su portafolio incluyen sus tres líneas de prendas para caballeros: abrigo, ceremonia y traje de calle.

Mercados internacionales

Los responsables de Briconf mantendrán una reunión próximamente con los técnicos de Excal para concretar qué uso hacer de las herramientas de que dispone esta entidad de comercio exterior, dependiente de la Junta y con la que Briconf ya ha firmado un acuerdo, y que ayudarán a la joven empresa a buscar y elegir a qué mercados internacionales llevar sus productos.

«Tenemos varios estudios realizados al respecto sobre qué países podrían ser los más interesantes, entre los que se encuentran Francia, Suiza y Portugal», explica Jorge Ruiz a la vez que confiesa el temor y curiosidad que les suscita el país vecino «al ser ahora mismo el país de mayor producción textil de Europa». Ese paso les provoca sentimientos contrapuestos, ya que  «por un lado, supone un reconocimiento a la calidad de tu producto, pero también el temor de saber que con poco más de un año de vida, compites con un sector con décadas de tradición en aquel país». Más información en edición impresa

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