El Correo de Burgos

Los tres proyectos de fracking tendrán que contar con evaluación ambiental

España se ha adelantado a la decisión del Parlamento Europeo y obliga a realizar el estudio

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Burgos

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GERARDO GONZÁLEZ / Briviesca

En la provincia de Burgos se han presentado dos permisos de investigación de gas pizarra concedidos a la empresa canadiense BNK denominados Urraca y Sedano y, de acuerdo con la legislación española, ambos se encuentran en la fase previa al Estudio de Impacto Ambiental. En el caso de la comarca burebana se está tramitando un tercer permiso, de 95.000 hectáreas y denominado Rojas, solicitado por esta misma empresa canadiense que aún se encuentra en fase de tramitación administrativa.

Los tres casos deberán someterse a evaluación de impacto ambiental siempre que pasen de la fase de proyecto a un hipotético proceso de perforación previo a la extración del gas, dado que el Gobierno ha aprobado un Proyecto de Ley de Evaluación Ambiental que obliga a que todos los proyectos que utilicen esa técnica, incluidos los de exploración, deben estar sometido a ese control.

España queda, por tanto, fuera del debate que se está produciendo en el Parlamento Europeo a tenor de una serie de iniciativas para establecer la obligatoriedad de realizar estudios de evaluación de impacto ambiental en los proyectos que utilicen fracturación hidráulica no afecta al territorio español.

La gran superficie que incluyen estos proyectos de exploración responde a criterios técnicos relativos tanto a las probabilidades de encontrar el gas como a la rentabilidad y condiciones naturales de cada zona. Por ello antes de acometer cada uno de los proyectos se eliminan las zonas en las cuales el impacto medioambiental sería importante, zonas protegidas o de interés natural, así como núcleos de población y de interés arqueológico. Dado que se trata de una operación destinada a obtener rendimientos económicos se optará por las que requieran las menores obras en accesos o grandes desbroces de vegetación.

Las condiciones habituales en las que se conceden estos permisos, inicialmente de exploración, limitan hasta un máximo de nueve sondeos a lo largo de cinco años, aunque el análisis de las primeras muestras que se obtengan podría determinar que se efectuara un número de pozos menor.

Actualmente en las zonas donde se realiza este tipo de explotación los pozos ocupan una superficie de entre una y dos hectáreas quedando en la superficie una cabeza que permite la extracción del gas.

Retraso en Burgos

Esto es así ya que la perforación de los pozos, momento en el que se instalan las conocidas torres, tienen una duración de entre dos y tres meses tras lo cual todo el equipo de perforación es desmontado para nuevas perforaciones en otro punto.

No obstante cabe destacar que actualmente en la provincia de Burgos este proceso de obtención de gas está en una fase muy inicial ya que ha de comprobarse la viabilidad de la futura extracción.

Por ello se comenzarán con tareas de exploración para definir concretamente los puntos de mayor interés siendo necesario pasar un estricto Estudio de Impacto ambiental, en el que se detallan todas las características del proyecto, su ubicación, la captación de agua y el uso de aditivos.

Todo ello es analizado por las autoridades medioambientales y sometido a la consulta de confederaciones hidrográficas, ayuntamientos, asociaciones, sindicatos, ONGs y todas las partes con intereses en la zona.

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