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GASTRONOMÍA BURGALESA

Torrepadre pide a los políticos que velen por el cordero burgalés

La localidad acogió una nueva edición de la fiesta del cordero y del lechazo de Burgos

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Burgos

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M. A.C. / AGENCIAS / Torrepadre

El cordero, la cría de la oveja, que para tener esta característica ha de tener  menos de un año de vida, es en las tradiciones de muchos países, sobre todo del Magreb, una víctima para un ritual. Afortunadamente, en nuestro país se sacrifica por sus extraordinarias cualidades gastronómicas y en el caso de la localidad de Torrepadre, también reivindicativas de un sector, el ganadero, que pasa por dificultades económicas.

Torrepadre, en la comarca del Arlanza, se convirtió ayer en la localidad desde la que se quiso dar  un toque de atención desde el sector ganadero a la atención pública, y sobre todo a la clase política, para que no desatiendan las reivindicaciones de los ganaderos del sector ovino, cada vez más en detrimento. Así lo prueban los  muchos pueblos que antes tenían varios rebaños de ovejas y que en la actualidad han desaparecido ya casi en su totalidad.

La localidad acogió ayer una nueva cita edición de la ‘Fiesta reivindicativa del cordero y lechazo de Burgos’ , que lleva ya 14 años de celebración en los que no ha faltado nunca la labor reivindicativa del sector ganadero. José María Valdivielso, presidente de Asaja Burgos, explicó ayer durante la celebración que «no se ha avanzado nada desde las primeras reivindicaciones con que la peculiar festividad inició su andadura en el año 1999. «En esta edición siguen siendo las mismas», reprochó.

Principalmente, la identificación de los lechales importados, ya que el pasado año fueron más de 350.000 -el 80 por ciento de ellos de Francia- los que entraron de otros países «y en una economía de mercado libre es lícito», dice Valdivielso. «Pero lo único que pretendemos es que el ama de casa cuando vaya a la compra, sepa que está comprando un  cordero importado, y no que simplemente vea el sello de que está matado en el matadero de Burgos», puntualizó.

Añadió que la solución a este conflicto «está en el tejado de los políticos que solamente tienen que prohibir la entrada de animales vivos», aseguró, «ya que la legislación vigente dice que es obligatorio poner el marchamo del matadero donde se sacrifica al animal», añadió el responsable de Asaja.

Explica así que «si esa carne se sacrificara en el país de origen las canales vendrían con el sello de su procedencia», continua Valdivielso «y así el comprador a la hora de la compra sabría perfectamente lo que adquiere».

En este mercado libre, donde la competencia es también libre, dice Valdivielso, ellos insisten en ofrecer  «un lechazo de primerísima calidad», insistió. «Y por ello, lo que no es de recibo es que por el mero hecho del marchamo de Burgos se cuelen en nuestras carnicerías carnes que el consumidor no quiere comprar», reclama.

Valdivielso hizo así una llamada de atención a la Comunidad Europea en cuanto a la bajada de las prestaciones de la PAC, y advierte que si éstas bajan, «muchos ganaderos tendrán que cerrar sus explotaciones, sumándose a las muchas que ya lo han hecho», denuncia , «criticando que la cifra que se da de 1.200 empresas «no es real», al incluir el Ministerio de Agricultura en ella también, los corrales domésticos.

El presidente de Asaja-Burgos denunció pro ello, que el número de explotaciones de ganado ovino de la provincia dedicadas a la cría del famoso cordero de Burgos «ha descendido entre un 35 y 40 por ciento, a consecuencia de la bajada de precios», cifró, «así como a la crisis que azota al sector, lo que podría provocar una desbandada entre los ganaderos» advirtió.

En declaraciones realizadas a Ical durante la celebración de la fiesta del cordero, Valdivielso indicó que todas las esperanzas de los ganaderos del lechazo de la provincia «se encuentran puestas en la próxima reforma de la Política Agraria Común (PAC), por lo que considera que «dependen de Bruselas, tal y como está España».

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