FERNANDO GRIJALBA Escritor
«He conseguido que este libro no hiera a amigos que aún cabalgan en el sufrimiento»
El autor, afincado en Miranda, sorprende con ‘Hormigas en el Café’, una novela que narra las rencillas internas de un comando terrorista, su paso por la cárcel, el desequilibrio emocional o la muerte, entre otras cuestiones
ESTEFANIA MALDONADO / Miranda
Natural de Zaragoza pero vinculado a las Merindades desde su infancia y afincado en Miranda desde hace años, actualmente desempeña su labor profesional como funcionario de prisiones en el País Vasco -como Jefe de Gabinete en el Ministerio de Interior-, aunque también ha sido concejal en el Ayuntamiento de Miranda o diputado en Burgos. Su primera incursión en el mundo literario fue Andrea la del Pantano, a la que se suma ahora Hormigas en el café, que espera presentar en la Gran Vía madrileña el mes que viene. Antes lo ha hecho en Miranda, acompañado por muchos amigos, entre los que se encuentra El Correo de Burgos.
Pregunta.- ¿Cómo nació este libro?
Respuesta.-Era todo un reto comprobar si iba a ser capaz de escribir sobre un tema tan sensible. He querido rendir este modesto homenaje a las víctimas del terrorismo, porque he tenido y tengo amigos que forman parte de esa familia de agraviados.
P.- ¿Esa cercanía ha dificultado el proceso?
R.-.Fue realmente difícil y complicado escribir sobre este tema. Reflejar el lado humano de unos terroristas, sin causar daño a las víctimas, me hizo romper cientos de párrafos para reescribirlos con una clara finalidad para mí: tenía que haber vencedores y vencidos.
P.- Conoce bien el tema, debido a su profesión ¿Necesitaba contarlo a través de una ‘novela de ficción’?
R.- Muchos compañeros, tras leer mis novelas, me animan a escribir algo relacionado con la profesión. No lo he hecho por mi cargo y mi consabido sigilo profesional. En cambio, el fenómeno terrorista es tan amplio que da para miles de páginas, y como ciudadano soy libre de opinar y exponer. La necesidad de contarlo va directamente relacionada con las ganas de mostrar mi apoyo decidido a las víctimas del terrorismo abiertamente, sin complejos. Y con la misma intensidad rechazo la sinrazón terrorista y el mundo que la alimenta.
P.- ¿Es una novela de ficción o contiene datos y personas reales?
R.- Como en todas mis novelas, hay personajes reales y ficticios. Aparte de los datos de gente archiconocida dentro del entramado etarra, del Gobierno o del periodismo, hay otras personas que son conocidas para mí porque son reales, viven con toda normalidad entre nosotros y a las que he situado en su tiempo y en su ambiente.
P.- ¿Cómo han recibido este trabajo compañeros y amigos víctimas de terrorismo?
R.- Algunos, desgraciadamente, no pueden opinar porque no han tenido oportunidad de leer ni esta, ni mis anteriores obras, al haber sido cobardemente asesinados. Los demás la han acogido de buen grado e incluso he recibido felicitaciones suyas y de su entorno. Con eso me doy por satisfecho aunque no se venda ni un solo libro, he conseguido plasmarlo sin herir a unas personas y amigos que aún cabalgan en el sufrimiento.
P.- ¿Es posible expresar por escrito lo que se siente al perder a alguien cercano en un atentado terrorista?
R.- Simplemente puedo decir que cuando asesinaron a mi primer amigo lloré sin consuelo. Sinceramente, no. No sería capaz de escribir algo porque las consabidas palabras como rabia, indignación, impotencia se me quedan en nada si expresase lo que me gustaría hacer con quienes matan, secuestran y ponen bombas cobardemente. Que es, en definitiva, lo que me sale del corazón o, lo que me pide el cuerpo, como dicen los jóvenes de ahora.
P.- Es un tema complicado para presentar a un certamen literario y sin embargo es el Primer Premio Aeinape 2012.
R.- Efectivamente, y debo confesar que lo presenté sin mucho convencimiento. No obstante, el jurado supo valorar la calidad del trabajo. Uno de sus miembros, catedrática de Sociología, me confesó en la entrega de premios que ella había elaborado para diferentes gobiernos de España estudios sociológicos sobre estos movimientos en Euskadi, y mi novela la había impresionado por su valentía, realismo y fiel reflejo de lo que se vive allí a diario.
P.- La novela es muy crítica con autoridades y sociedad ¿Por qué?
R.- Porque es como yo lo percibo y siento. Los españoles somos muy conformistas, y nos falla demasiado pronto la memoria. Para mí, la debilidad de los respectivos gobiernos ha generado una sociedad timorata y cobarde. Y de las autoridades, qué decir. Muerto el perro se acabó la rabia, y si no que se lo pregunten a muchas de las víctimas olvidadas.
Es duro decirlo, pero es así, y muchos políticos han respirado tranquilos cuando han dejado de serlo. También se muestra el lado más personal de los terroristas y sus familias.
P.- ¿Por qué enfocarlo desde ese prisma?
R.- Porque al fin y a la postre, no dejan de ser personas. Con ello no los justifico, para nada, pero he pretendido reflejar a la fiera desde que es cachorro: su nacimiento, su evolución su protección familiar, etc. El terrorista no nace, se hace.
P.- ¿Es su trabajo más completo?
R.- Ha sido un arduo trabajo, he vivido una pugna emocional durante su desarrollo. Por eso lo tuve aparcado un tiempo, no podía permitirme la licencia de plasmar algo que fuese mal interpretado y causara daño o indignación a alguien. Estoy satisfecho. No sabría decir si es mi trabajo más completo, pero sí el que, por sus características, más dolores de cabeza me ha dado.
P.- Usted mismo ha calificado su libro como «morboso y crudo» ¿Por qué?
R.- No me prodigo mucho en palabras, pero sí me considero un buen observador y tengo comprobado que cuando hablas de terrorismo con ciertos conocimientos o experiencia, cualquier otro tema de conversación se diluye. La crudeza está en su fondo, pero eso lo tendrá que descubrir el lector página a página ya que el binomio ser terrorista/tener humanidad es de difícil encaje.
P.- La novela también refleja otras realidades como la inmigración o el racismo ¿No ha dejado «palo sin tocar»?
r.- No quise centrarme en un atentado, y punto. He trasladado la crudeza del terrorismo en toda su dimensión. Lo más conocido es el tiro en la nuca o la bomba. Pero poco se sabe de la presión social a los emigrantes cuando se quieren hacer un hueco en Euskadi (los famosos maketos); o los daños colaterales de cualquier cóctel molotov salido de la mano de un joven de la Kale Borroka…
Tenía que ser un compendio de todo porque una de las bases de la izquierda radical abertzale es el exterminio de todo RH diferente. El capítulo titulado La tragedia de vivir nos muestra cómo una familia abandona su hogar en busca de una vida libre y es en Euskadi donde encuentran la muerte disfrazada de libertad.
P.- ¿Cómo está siendo recibido este libro?
R.- Es muy pronto para hacer una valoración porque ha salido de la editorial en julio, el mismo día que pregoné las fiestas de Villarcayo, donde la alcaldesa tuvo el detalle de incluirlo en su presentación.
Y menos mal, porque mis incondicionales de Medina de Pomar, Villarcayo y otras localidades de las Merindades enseguida tuvieron interés por adquirirlo. No soy Vargas Llosa, pero quien no me lea no sabe lo que se pierde.
ESTEFANIA MALDONADO / Miranda
Natural de Zaragoza pero vinculado
a las Merindades desde su infancia
y afincado en Miranda desde
hace años, actualmente desempeña
su labor profesional como funcionario
de prisiones en el País Vasco
-como Jefe de Gabinete en el Ministerio
de Interior-, aunque también
ha sido concejal en el Ayuntamiento
de Miranda o diputado en Burgos.
Su primera incursión en el
mundo literario fue Andrea la del
Pantano, a la que se suma ahora
Hormigas en el café, que espera
presentar en la Gran Vía madrileña
el mes que viene. Antes lo ha hecho
en Miranda, acompañado por muchos
amigos, entre los que se encuentra
El Correo de Burgos.
Pregunta.- ¿Cómo nació este libro?
Respuesta.-Era todo un reto
comprobar si iba a ser capaz de escribir
sobre un tema tan sensible.
He querido rendir este modesto
homenaje a las víctimas del terrorismo,
porque he tenido y tengo
amigos que forman parte de esa familia
de agraviados.
P.- ¿Esa cercanía ha dificultado
el proceso?
R.-.Fue realmente difícil y complicado
escribir sobre este tema.
Reflejar el lado humano de unos
terroristas, sin causar daño a las
víctimas, me hizo romper cientos
de párrafos para reescribirlos con
una clara finalidad para mí: tenía
que haber vencedores y vencidos.
P.- Conoce bien el tema, debido
a su profesión ¿Necesitaba contarlo
a través de una ‘novela de
ficción’?
R.- Muchos compañeros, tras leer
mis novelas, me animan a escribir
algo relacionado con la profesión.
No lo he hecho por mi cargo
y mi consabido sigilo profesional.
En cambio, el fenómeno terrorista
es tan amplio que da para miles de
páginas, y como ciudadano soy libre
de opinar y exponer. La necesidad
de contarlo va directamente
relacionada con las ganas de mostrar
mi apoyo decidido a las víctimas
del terrorismo abiertamente,
sin complejos. Y con la misma intensidad
rechazo la sinrazón terrorista
y el mundo que la alimenta.
P.- ¿Es una novela de ficción o
contiene datos y personas reales?
R.- Como en todas mis novelas,
hay personajes reales y ficticios.
Aparte de los datos de gente archiconocida
dentro del entramado
etarra, del Gobierno o del periodismo,
hay otras personas que son conocidas
para mí porque son reales,
viven con toda normalidad entre
nosotros y a las que he situado en
su tiempo y en su ambiente.
P.- ¿Cómo han recibido este trabajo
compañeros y amigos víctimas
de terrorismo?
R.- Algunos, desgraciadamente,
no pueden opinar porque no han
tenido oportunidad de leer ni esta,
ni mis anteriores obras, al haber sido
cobardemente asesinados. Los
demás la han acogido de buen grado
e incluso he recibido felicitaciones
suyas y de su entorno. Con eso
me doy por satisfecho aunque no
se venda ni un solo libro, he conseguido
plasmarlo sin herir a unas
personas y amigos que aún cabalgan
en el sufrimiento.
P.- ¿Es posible expresar por escrito
lo que se siente al perder a alguien
cercano en un atentado terrorista?
R.- Simplemente puedo decir
que cuando asesinaron a mi primer
amigo lloré sin consuelo. Sinceramente,
no. No sería capaz de
escribir algo porque las consabidas
palabras como rabia, indignación,
impotencia se me quedan en nada
si expresase lo que me gustaría hacer
con quienes matan, secuestran
y ponen bombas cobardemente.
Que es, en definitiva, lo que me sale
del corazón o, lo que me pide el
cuerpo, como dicen los jóvenes de
ahora.
P.- Es un tema complicado para
presentar a un certamen literario y
sin embargo es el Primer Premio
Aeinape 2012.
R.- Efectivamente, y debo confesar
que lo presenté sin mucho convencimiento.
No obstante, el jurado
supo valorar la calidad del trabajo.
Uno de sus miembros,
catedrática de Sociología, me confesó
en la entrega de premios que
ella había elaborado para diferentes
gobiernos de España estudios
sociológicos sobre estos movimientos
en Euskadi, y mi novela la había
impresionado por su valentía,
realismo y fiel reflejo de lo que se
vive allí a diario.
P.- La novela es muy crítica con
autoridades y sociedad ¿Por qué?
R.- Porque es como yo lo percibo
y siento. Los españoles somos
muy conformistas, y nos falla demasiado
pronto la memoria. Para
mí, la debilidad de los respectivos
gobiernos ha generado una sociedad
timorata y cobarde. Y de las
autoridades, qué decir. Muerto el
perro se acabó la rabia, y si no que
se lo pregunten a muchas de las
víctimas olvidadas.
Es duro decirlo, pero es así, y
muchos políticos han respirado
tranquilos cuando han dejado de
serlo. También se muestra el lado
más personal de los terroristas y
sus familias.
P.- ¿Por qué enfocarlo desde ese
prisma?
R.- Porque al fin y a la postre, no
dejan de ser personas. Con ello no
los justifico, para nada, pero he
pretendido reflejar a la fiera desde
que es cachorro: su nacimiento, su
evolución su protección familiar,
etc. El terrorista no nace, se hace.
P.- ¿Es su trabajo más completo?
R.- Ha sido un arduo trabajo, he
vivido una pugna emocional durante
su desarrollo. Por eso lo tuve
aparcado un tiempo, no podía permitirme
la licencia de plasmar algo
que fuese mal interpretado
y causara daño o indignación
a alguien. Estoy satisfecho.
No sabría decir si es
mi trabajo más completo,
pero sí el que, por sus características,
más dolores
de cabeza me ha dado.
P.- Usted mismo ha calificado
su libro como «morboso
y crudo» ¿Por qué?
R.- No me prodigo mucho
en palabras, pero sí me
considero un buen observador
y tengo comprobado
que cuando hablas de terrorismo
con ciertos conocimientos
o experiencia,
cualquier otro tema de conversación
se diluye. La crudeza
está en su fondo, pero
eso lo tendrá que descubrir
el lector página a página ya
que el binomio ser terrorista/
tener humanidad es de
difícil encaje.
P.- La novela también refleja
otras realidades como
la inmigración o el racismo
¿No ha dejado «palo sin tocar
»?
r.- No quise centrarme en
un atentado, y punto. He
trasladado la crudeza del
terrorismo en toda su dimensión.
Lo más conocido
es el tiro en la nuca o la
bomba. Pero poco se sabe
de la presión social a los
emigrantes cuando se quieren
hacer un hueco en
Euskadi (los famosos maketos);
o los daños colaterales de
cualquier cóctel molotov salido de
la mano de un joven de la Kale Borroka…
Tenía que ser un compendio de
todo porque una de las bases de la
izquierda radical abertzale es el exterminio
de todo RH diferente. El
capítulo titulado La tragedia de vivir
nos muestra cómo una familia
abandona su hogar en busca de
una vida libre y es en Euskadi donde
encuentran la muerte disfrazada
de libertad.
P.- ¿Cómo está siendo recibido
este libro?
R.- Es muy pronto para hacer
una valoración porque ha salido de
la editorial en julio, el mismo día
que pregoné las fiestas de Villarcayo,
donde la alcaldesa tuvo el detalle
de incluirlo en su presentación.
Y menos mal, porque mis incondicionales
de Medina de Pomar, Villarcayo
y otras localidades de las
Merindades enseguida tuvieron interés
por adquirirlo. No soy Vargas
Llosa, pero quien no me lea no sabe
lo que se pierde.