La artesanía recupera terreno con las nuevas tecnologías

GERARDO GONZÁLEZ / Briviesca

El trabajo de los artesanos se pierde en la noche de los tiempos y sólo la revolución industrial de hace un siglo logró desbancarlos de la cima de la producción de productos manufacturados.

Tras décadas de retroceso por la producción industrial a gran escala paradójicamente otra revolución, en este caso la tecnológica, le ha brindado una nueva oportunidad.

Así con la ayuda de internet los herederos de los antiguos artesanos cuentan con una oportunidad de mostrar y comercializar sus productos no solo a nivel local sino internacional.

Plataformas de ventas especializadas o páginas personales de los propios artesanos muestran sus trabajos y les permiten participar en el mercado de la ‘aldea global’ como antaño lo hicieran en las aldeas rurales.No obstante su presencia en los tradicionales mercados rurales que con la llegada del buen tiempo proliferan por la provincia es también habitual contribuyendo a difundir sus productos y mostrar ‘in situ’ su forma de trabajar. Otro factor que ha relanzado el sector artesano es la inestabilidad, o inexistencia, de empleo de los últimos años despertando el interés de personas hábiles con las manos en este sector productivo. Así muchos han vuelto a empuñar las antiguas herramientas de sus abuelos para acceder al mundo laboral o transformando un hobby para el ocio en un medio de vida.Los artesanos de siglo XXI no siguen estrictamente las líneas de sus predecesores ya que su principal baza para lograr el favor del consumidor es la mezcla de arte, diseño, calidad y exclusividad que ofrece la nueva creación artesana en contraposición a los productos industriales. Así los artesanos del textil, el cuero, vidrio, madera, pasta de papel, piedra, cerámica, velas, joyería, reproducciones o la piedra elaborada elaboran una gran variedad de piezas. Más información en edición impresa