Los apicultores exigen ya un protocolo contra la velutina

Los apicultores burgaleses están hartos de esperar a que la Junta concluya la adaptación del protocolo nacional existente, para actuar frente a especies animales invasoras. en el que se incluye ya la avispa asiática (vespa velutina). Por ello, hoy se reunirán con representantes de las áreas de Sanidad, Medio Ambiente, Agricultura y Fomento de la Junta en Valladolid, para urgir su conclusión y actuar contra esta peligrosa especie cuanto antes, «porque ya está en el Norte de Burgos», asegura el técnico del área regional de UCCL (Unión de Campesinos de Castilla y León), Enrique Cortes.Recuerda que hace ya 4 años que se trasladó a la Junta el peligro que la presencia de este temido insecto en el vecino País Vasco, podía acarrear para la provincia burgalesa. «Y no se nos hizo ni caso, ni se nos preguntó a los apicultores -que somos quienes estamos luchando contra ella como podemos-, pero tampoco a los responsables vascos que llevan varios años sufriéndola», reprochan los expertos.Estos temores quedaron tristemente confirmados la pasada semana, cuando varios apicultores burgaleses, de dos puntos distintos del Valle de Mena y Merindades, encontraron dos reinas de velutina. «Paso previo a la creación posterior de colonias en primavera», advierte Cortes, ya que la labor de ésta es la de explorar la zona e ir colonizando para, tras el parón invernal, buscar dónde crear el nido primario, tras el cual vendrán las demás.Cortes es una de las personas -junto al presidente de la Asociación de Apicultores de las Merindades, Ángel Nava, entre otros expertos, que participará en la reunión que se ha fijado para hoy de forma urgente, y en la que trasladarán todas estas cuestiones a los responsables regionales.«La primera, que aún no se haya preparado nada ni a nadie», advierte. Eentre los que incluye a los bomberos «que tendrían que actuar para retirar los nidos -de hasta 20 kilos que pueden crear en cualquier lugar de ciudades y pueblos»-; ni a los apicultores para evitar que maten a las abejas de sus colmenas; ni a los agricultores que verán disminuir sus cosechas al no haber polinización, «ni a los propios ciudadanos, que tampoco están a salvo de sus picaduras», explica Cortes.Por todo ello, pedirán que se concluya el contenido del protocolo cuanto antes, en el que se fije a cada colectivo cómo actuar. Y también se busque implicar a los ayuntamientos de la zona, «avisando cuando encuentren algún ejemplar o nido, lo que ayudará a marcar un mapa del movimiento de la especie».MÁS EN EDICIÓN IMPRESA