Imagina aboga por reformar la Diputación y que sea ‘eficiente’

A principios de año ni se le hubiese pasado por la cabeza. Caprichos del destino, Marco Antonio Manjón, portavoz de Imagina Burgos en la Diputación, se sienta hoy en la bancada de una institución que considera «obsoleta». No obstante, lejos de abogar por su eliminación sin contemplaciones, plantea un «debate público» sobre su utilidad. Acaba de aterrizar y desde dentro la perspectiva cambia, pero el planteamiento se mantiene intacto. Defiende una «regulación» del ente para evitar «la duplicación de servicios» a través de una profunda «reforma» que justifique su razón de ser. Solo así se podrá comprobar si verdaderamente «encajan», sostiene.

Por éste y otros asuntos, los ediles de Imagina no bajan la guardia al saberse blanco fácil de rivales con más experiencia. Son novatos, la legislatura acaba de arrancar y toca aprender sobre la marcha. Aún con todo, da la impresión de que Manjón está preparado para esquivar los golpes e incluso adelantarse. Cuando expone sus argumentos apenas desvía la mirada, ni siquiera hacia la libreta de su entrevistador -vicio extendido entre muchos de sus ahora homólogos-. Quizá suponga que, tarde o temprano, el periodista abordará ciertas cuestiones que pueden dar lugar a malentendidos.

Cambio de orden, las preguntas ‘mamporreras’ del final -vicio extendido entre muchos plumillas- se responden a las claras desde el principio. En primer lugar, Manjón habla de salarios para salir al paso de un posible ‘ya sois casta’ explicando que «hemos firmado un código ético en el que las personas que tenemos cargos electos no podamos triplicar el salario mínimo interprofesional, sea el cargo que sea». Y es que a su juicio, cualquier trabajo -incluido el de político- «tiene que pagarse en su justo precio», nada que ver con «cargos con sueldos desorbitados». Ni tanto ni tan calvo, el portavoz de Imagina defiende la necesidad de cobrar por sus funciones con una pregunta retórica: «¿La política es para ricos, para gente que puede permitirse hacer un trabajo voluntario?».

De seguido, sin preguntas de por medio, continúa con los liberados que tanto han dado que hablar últimamente. «El trabajo en la Administración es inmenso y necesitamos dedicación exclusiva», de ahí que aceptasen la propuesta del equipo de Gobierno. Y lo hicieron acatando la negativa de los populares a conceder la jornada completa a la diputada Sara Hojas en lugar de la media que le corresponde. Había que intentarlo, de la misma manera que sugirieron una adjudicación de liberados «desde abajo» para otorgar uno «de base» a cada formación e ir subiendo en función del número de escaños. Batalla perdida, pero Manjón se queda a gusto, pues consciente de que «se han creado equívocos» quiere dejar claro que su postura se fundamenta en el hecho de que «a los grupos pequeños se les debe dar la oportunidad de tener a alguien para que haga un trabajo digno con una remuneración justa».

Llegamos a las atribuciones -la reducción de las fijas por grupo y el incremento de las variables por asistencia-, el diputado habla claro y escueto, como si no quisiera ahondar demasiado en una polémica que ha salpicado a Imagina de forma indirecta ante la acusaciones de Ciudadanos de ‘complicidad’ con PP y PSOE. Manjón lo niega. Es más, afirma que defendió los planteamientos de la formación naranja al estar de acuerdo con la reducción de las asignaciones colectivas y al oponerse a las particulares porque «benefician a los dos grandes partidos», cuya pérdida de diputados «se compensa». Por ello, desmiente que los dos ediles de C´s -tal como señaló su portavoz, Lorenzo Rodríguez- se quedasen solos porque «apoyé su propuesta en la Junta de Portavoces». Lo que ocurre, en su opinión, es que «cada uno cuenta lo que le interesa».

OPOSICIÓN DIALOGANTE

Se considera un tipo normal y corriente, uno de tantos indignados que desde el 15-M reivindicaba «una democracia más participativa y directa, no esta partitocracia que tenemos consistente en votar cada cuatro años para dar una patente de corso a unos determinados clubs privados que utilizan la política para hacer lo que les da la gana». Reniega, por lo tanto, de esa aureola que rodea al político tradicional mientras recalca la importancia de que la gente de a pie -especialmente la juventud- «se sienta representada y motivada».

Desde su condición de recién llegado, el «abuelo» de Imagina -bromea sobre su edad en comparación con la de sus compañeros- se muestra partidario de «dialogar con todo el mundo» para «cumplir nuestro programa electoral» con el consenso por encima de la confrontación. Pese a reconocer la existencia de futuros escollos con el Partido Popular a causa de su «línea general basada en hacer las cosas con cierta prepotencia», Manjón asegura que el presidente de la Corporación Provincial, César Rico, «tiene más disposición a la escucha» que -por ejemplo- el alcalde de Burgos, Javier Lacalle.

Su presencia es minoritaria y, por ende, su capacidad para influir en la toma de decisiones importantes es prácticamente nula al no poder acceder a la Junta de Gobierno. Eso sí, de asumir la presidencia de alguna comisión, el portavoz de Imagina aceptaría de muy buen grado la cartera de Desarrollo Social, puesto que los servicios sociales «tienen un peso muy importante (…), aunque la provincia está muy dejada en estos temas». Por ello, asevera que apoyará cualquier acción encaminada a su mejora porque «es fundamental que nadie se quede en la calle, tenga o no tenga dinero».