El Correo de Burgos

MUNICIPAL

Miranda pierde 80 contenedores en 5 años por actos vandálicos

Sólo en lo que va de año se han incendiado 22, de los que 14 han quedado totalmente destruidos

Contenedores incendiados durante el pasado fin de semana.-E. M.

Contenedores incendiados durante el pasado fin de semana.-E. M.

Burgos

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Las consecuencias de algunos actos vandálicos pueden salir muy caras. Tanto en sentido metafórico, por la peligrosidad que conllevan, como en sentido literal, por la cuantía económica a desembolsar para reparar los daños ocasionados por una gamberrada. Una de sus manifestaciones más claras es la quema de contenedores de basura y reciclado, que ya se ha cobrado en la ciudad en lo que llevamos de año 14 unidades «totalmente destruidas y que hay que reponer», de los 22 contenedores que han resultado calcinados en total desde que comenzó 2015, 8 de las cuales han podido reutilizarse.

Sin ir más lejos, este pasado fin de semana, los cuerpos de Bomberos y Policía Local tenían que intervenir en dos situaciones diferentes, con el resultado de 3 contenedores calcinados en dos zonas distintas de la ciudad. Una práctica que, en los últimos 5 años, ha propiciado que se destruyan 80 contenedores, mientras que otros tantos resultaron dañados pero «se han podido reconstruir, pintar o reparar», pudiendo ser reutilizados «para su uso habitual», explicó a este periódico el concejal de Seguridad Ciudadana, Joaquín Muñoz. La empresa encargada del servicio de limpieza es la responsable de reponerlos y en la mayoría de las ocasiones no se consigue identificar a los causantes de los desperfectos, aunque «algunas veces se les ha podido localizar e interponer denuncia a los culpables», a quienes se les aplica la normativa en vigor «porque esto, más allá de un acto vandálico, es un delito», detalló el concejal.

Sin embargo, Muñoz subraya que el comportamiento de la mayor parte de la ciudadanía «es ejemplar» y casi todo el mundo entiende la importancia de preservar el mobiliario urbano «cuyo coste sale del bolsillo de todos», pero entiende que, más allá de una cuestión de reforzar la vigilancia, «se trata más bien de una cuestión de civismo». En este sentido, el responsable del área de Seguridad Ciudadana cita como ejemplo que otro acto incívico: «No creo que a nadie se le ocurra hacer aguas menores en la cocina de su casa o en el salón, pero se han tramitado 16 denuncias por hacerlo en la calle».

Más allá de los riesgos evidentes de la quema incontrolada del mobiliario urbano, el coste aproximado por contenedor ronda los 2.5000 euros, a los que habría que añadir «el coste humano que conlleva que se desplacen hasta allí, los equipos de bomberos y policía que, mientras están atendiendo estas situaciones, no están atendiendo otras de mayor importancia en otro punto de la ciudad», detalló Muñoz.

En este sentido, sólo el coste total de reposición de contenedores rondaría los 200.000 euros en los últimos 5 años. Además, en algunas ocasiones, la quema de un contenedor daña a los vehículos estacionados en el entorno, lo que puede originar «que se incendie y termine explotando» o afectar a viviendas cercanas o a viandantes, por lo que la suma se elevaría “bastante por encima de esa cifra».

Y es que, aunque en algunas ocasiones los contenedores pueden ser reparados, «la mayoría de las veces los dejan inútiles para su servicio», lo que origina un gasto extra para las arcas municipales, además de ocasionar problemas de limpieza o la incomodidad de tener que buscar el contenedor más cercano con la bolsa en la mano cuando no pueden ser repuestos inmediatamente.

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