Rico tantea a Fomento para ampliar la banda ancha rural

El Día de la Provincia volvió a convertirse un año más en un escenario de reivindicación a varios niveles, empezando con la Junta de Castilla y León y con parada en la Diputación. El presidente de la Institución Provincial, César Rico, probó suerte ayer en Quintanadueñas con el nuevo consejero de Fomento y Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez-Quiñones, a quien le explicó los problemas del medio rural para acceder a las telecomunicaciones por la «deficiente conectividad» que existente en gran parte de la provincia.Esa circunstancia supone una «debilidad» que pretende solventar al incluirla como «objetivo» en del Plan Estratégico Rural 2015-2020 a través de un estudio de las «necesidades» y de «las sombras que nos ocupan». No obstante, el mandatario burgalés recordó que este proyecto se enmarca «fuera de nuestra competencia legal». Por lo que volvió a reclamar a la Junta de Castilla y León «un esfuerzo» para «la eliminación de las discriminaciones. Tanto las que corresponden a la prestación del servicio universal de telecomunicaciones, como a las que derivan de razones geográficas o de densidad poblacional», señaló en alusión a una reciente resolución de la Federación Española de Municipios y Provincias.El titular de Fomento recogió el guante de Rico y se comprometió a adoptar las «medidas necesarias» en el marco de «nuestras competencias y nuestros presupuestos» para garantizar el pleno acceso a la televisión e internet, pues a pesar de que las telecomuniciones son competencia del Estado, se trata de «un mercado abierto a la libre competencia donde las compañías son las que hacen las inversiones». De esta forma, Suárez-Quiñones recalcó que las administraciones tienen «muy pocas posibilidades» de influir en la política de distribución de la señal de banda ancha por parte de las compañías del sector. Aún con todo, el consejero insistió en que «no se puede hablar en ningún caso de papel mojado» respecto a los compromisos adquiridos ni acusar al Gobierno regional de «inmovilismo».Los discursosSiguiendo el mismo ejemplo que aplicó Juan Vicente Herrera, el presidente provincial planteó un breve ejercicio de autocrítica hacia una clase política que a día de hoy «está cuestionada» por culpa de «unos pocos que no han estado a la altura» al confundir «el contenido público con el contenido privado propio».También defendió el papel de las Diputaciones, que en pleno contexto de crisis económica han demostrado que «no eran parte del problema» relativo a la deuda pública, sino «parte activa de la solución». Pese a ello, Rico hizo hincapié en la necesidad de definir de forma concreta el sistema de financiación local y la importancia de promover «criterios de no duplicidad» en clara alusión a la Ley de Racionalización y Sostenibilidad de la Administración Local que -entre otras cosas- plantea la contratación obligatoria de tesoreros en todos los ayuntamientos independientemente de su tamaño.Por su parte, Suárez-Quiñones trazó un baile de porcentajes y cifras para centrar su discurso en la recuperación económica y las políticas de empleo en el que Burgos tiene mucho que decir debido a su «posición estratégica» y el «carácter dinámico y emprendedor de los burgaleses». Finalmente, se mostró convencido de que la provincia afronta un «año ilusionante», aunque también dejó claro que hay «mucho trabajo hecho y mucho trabajo por hacer».