El Correo de Burgos

El PP revalida la Alcaldía en Hurones por la mínima

Yolanda García se mantiene en el cargo tras la suspensión de los comicios debido a la aparición de papeletas marcadas de imprenta en la cabina electoral

Un vecino ejercía ayer su derecho al voto en Hurones por segunda vez en lo que va de año.-RAÚL G. OCHOA

Un vecino ejercía ayer su derecho al voto en Hurones por segunda vez en lo que va de año.-RAÚL G. OCHOA

Burgos

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Mientras toda España miraba de frente o al menos de reojo a Cataluña, ayer en Hurones se hablaba lo justo del tema. No por desinterés, sino porque este apacible municipio del alfoz de Burgos también celebró sus propias elecciones tras un supuesto error tipográfico que obligó a la Junta Electoral central a repetir los comicios tras la aparición de papeletas marcadas de imprenta con la aspa en favor del PP. Nada más lejos de la realidad, explicaba a este periódico la hasta ahora alcaldesa en funciones, Yolanda García, que revalidó su cargo el día de su cumpleaños al obtener 27 votos frente a los 23 del también popular Bernardino Gil y los 24 de José Antonio Ibeas Ibeas y Ángel Berto Ibeas Portugal, ambos del PSOE. La regidora reconocía que el error fue humano, ya que tras el tradicional buzoneo dejó las papeletas sobrantes en el Ayuntamiento y «alguien metió todas en el mismo sitio».La «fatalidad» de esta metedura de pata, que saltó a la palestra mediática días después de las elecciones municipales y autonómicas, tuvo «más consecuencias de lo que esperaba», asegura García. Fueron los socialistas quienes dieron la voz de alarma e impugnaron un proceso del que se previamente se percataron -como mínimo- dos vecinos que hicieron caso omiso de la X popular y marcaron su propia aspa en favor del puño y la rosa, pero como es lógico tampoco se dieron por buenas.Absoluta normalidad

Pasada la media mañana, en plena hora del vermú, la mesa electoral recogía una veintena de votos de los 61 recogidos en el censo. El número de vecinos que ejercieron su democrático derecho fue prácticamente similar. Ya lo vaticinaba la alcaldesa, que destacó la «normalidad» de una jornada sin sobresaltos porque «todo el mundo sabe lo que pasó».Sin embargo, por si las moscas, un agente de la Guardia Civil hacía acto de presencia en el improvisado colegio electoral pasadas las 13 horas para realizar una comprobación rutinaria. Todo en orden y la visita no sobrepasa ni de lejos el minuto.A la vuelta se encuentra la sede de la Asociación Cultural Santiago Apóstol, que hace las veces de cantina. Una decena de jóvenes parroquianos conversa en la terraza sobre un acontecimiento que ha despertado el interés entre medios de comunicación de alcance nacional. «Nos lo tomamos con humor», asegura con guasa una vecina, que al igual que sus paisanos esperaba con interés el resultado de unas elecciones en las que «uno o dos votos pueden ser decisivos».El ambiente no puede ser más distendido. Los huronenses le quitan hierro a un asunto que quizá ha trascendido más de puertas hacia afuera que en la propia localidad. Apenas se habla, al menos en este improvisado coloquio con el periodista, de qué ha votado cada uno a excepción de una vecina que manifestaba un «ojalá» en favor del cambio de Gobierno. Y ya puestos en materia política, ¿qué hay de las elecciones catalanas? «Estamos hasta el moño», carcajadas y amén.«El ayuntamiento no nos quiere dar la contraseña del wifi»

En muchos casos, nada mejor que el bar -en esta caso cantina- para conocer de primera mano las reivindicaciones del pueblo. Los parroquianos de la sede de la Asociación Cultural Santiago Apóstol de Hurones reclamaban ayer la llegada de una banda ancha en condiciones al municipio. La única antena habilitada en la localidad se encuentra en el Ayuntamiento, pero «no nos quieren dar la contraseña del wifi», señalaba una vecina visiblemente molesta porque «nuestros hijos son los únicos del colegio que no tienen acceso a Internet».El recado a la recién reelegida alcaldesa se extiende a las administraciones en general, pues no entienden las limitaciones existentes dada la cercanía con la capital - apenas 11 kilómetros- mientras que «en otros pueblos mucho más lejanos sí les llega». Así, inconscientemente, los vecinos de Hurones se sumaron a una solicitud que la Diputación volvió a plantear el sábado ante la Junta con motivo del Día de la Provincia.

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