El Correo de Burgos

RIBERA

El Ayuntamiento y la Junta buscan un futuro para el centro agroalimentario

Asemar propone que se convierta en un punto de encuentro para las empresas del sector

El delegado territorial de la Junta, la alcaldesa de Aranda y los empresarios abordaron la situación del centro.-L.V.

El delegado territorial de la Junta, la alcaldesa de Aranda y los empresarios abordaron la situación del centro.-L.V.

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En su día, se gestó como una instalación innovadora destinada a convertirse en un referente dentro del sector agroalimentario y de la investigación bajo el nombre de Centro Tecnológico Agroalimentario Tomás Pascual (Ctacyl). Para ello, la Junta de Castilla y León invirtió 1,7 millones de euros, pero con la llegada de la crisis el proyecto se desvaneció ante la falta de inversiones.Tras varios intentos infructuosos y con el objetivo a dar una salida antes de que este emblemático edificio situado frente a la clínica La Luz -entre las avenidas Teresa de Jesús Jornet y Luis Mateos- se deteriore sin llegar a cortar la cinta inaugural, la alcaldesa, Raquel González, se reunió ayer con el delegado territorial de la Junta de Castilla y León, Baudilio Fernández Mardomingo, y el representante de la Asociación de Empresarios de Aranda y la Ribera (Asemar), Roberto Rojo. Al encuentro también acudieron varios técnicos junto a la responsable del área de Promoción y Desarrollo, Azucena Esteban. «Ha sido un primer contacto muy interesante», avanzaba la regidora.La cuestión no parece sencilla. La Junta desea traspasar el inmueble al Ayuntamiento cuanto antes. No obstante, antepone como condición que se le dé una finalidad relacionada con el sector agroalimentario al menos durante cinco años. Una premisa que obliga al Consistorio a descartar otros planteamientos como un posible traslado de las dependencias policiales.Consciente de que activar el edificio acarrearía un coste a las arcas municipales de 20.000 euros si es autosuficiente y de hasta 60.000 si requiere un conserje, la alcaldesa prefiere ser cauta y no fijarse plazos. «Tomemos el tiempo que se precise, porque lo importante es dar con un proyecto que resulte afianzado, competitivo y responsable», señaló.Y aunque fue una primera toma de contacto, la solución podría estar cerca si prospera el planteamiento de los empresarios para que se retome el proyecto del centro tecnológico agroalimentario. «Podría ser un punto de encuentro para las empresas vinculadas al sector agroalimentario, como el lechazo, la marca de garantía de la torta de Aranda o actividades del sector vitivinícola», explicaba la regidora satisfecha porque la idea también agrada a Fernández Mardomingo.En cualquier caso, se trata de una lluvia de ideas que deberá cobrar forma en reuniones posteriores. «Hemos quedado en volver a vernos en el plazo de un mes», indicó.Para González, la cuestión del mobiliario, que en principio iba a asumir la Junta y que ahora está en entredicho, es un asunto menor que se resolverá con la Administración. «Lo importante es el contenido que le queramos dar», advirtió convencida de que la investigación y el desarrollo en el sector agroalimentario «encuadran dentro de las estrategias» que el Gobierno regional se ha marcado para la especialización de la Comunidad.

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