El Correo de Burgos

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Buscan por vía legal suprimir el ‘apellido’ de Alcocero de Mola

Un abogado particular presentará los escritos ante la FEMP, Diputación y tribunales

La pequeña localidad se encuentra en la entrada del Valle de los Ajos.-G. G.

La pequeña localidad se encuentra en la entrada del Valle de los Ajos.-G. G.

Burgos

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El abogado Eduardo Ranz anunció públicamente que presentará hoy jueves un escrito ante la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) pidiendo que se cambie el nombre de once pueblos en cumplimiento de la Ley de Memoria Histórica, entre los que se encuentra Alcocero de Mola. Petición a la que se añadirán, según afirma el letrado, sendas denuncias penales contra nueve alcaldes, incluido el burgalés, en base al artículo 510 por un presunto delito de incitación al odio.Simultáneamente a estas acciones, solicitará a las Diputaciones Provinciales, en once casos, la retirada de subvenciones, también en cumplimiento del artículo 15.1 de la Ley de Memoria Histórica.Cabe recordar que el añadido del apellido de Emilio Mola, organizador del golpe que degeneraría en la Guerra Civil recuerda, fue motivado por ser el lugar donde perdió la vida tras estrellarse su avión en un siniestro aún no esclarecido por completo.Formalmente, el añadido a su nombre histórico de Alcocero -que significa ‘pequeño palacio’ en árabe-, se oficializó el 28 de mayo de 1938 por el entonces ministro del Interior Serrano Suñer, tras petición del Consistorio. No obstante, los testimonios históricos de los vecinos de la época afirman que fue el habitual ‘motorista’ el que entregó la orden al alcalde del momento para el cambio de nombre del municipio.El letrado ha señalado que «mantener el apellido en la denominación de la villa supone una vulneración de la Ley de Memoria histórica en su artículo 15», detalla, donde se exhorta a las administraciones públicas a tomar las medidas oportunas para la retirada de elementos vinculados al franquismo, en el ejercicio de sus competencias.wrttrAsí mismo en declaraciones a los medios justifica la vía penal contra los alcaldes, «en base a que no existe mayor exaltación de la Guerra Civil y la dictadura que mantener el nombre de los máximos exponentes de éstas» en el apellido del pueblo. «Derivado de ello, no existe mayor incumplimiento de la norma», advierte. Curiosamente, entre los datos conocidos hasta el momento de esta actuación,no se menciona el monumento al general Mola y sus acompañantes en el cerro donde perdieron la vida en el accidente aéreo.La construcción de éste fue supervisada por el general López Pinto, que entregó la obra en junio de 1939 en apenas dos meses de obras en la que trabajaron centenares de presos republicanos. Físicamente ocupa 18.000 metros cuadrados en forma de triángulo coronado por un hito de 20 metros de altura con el nombre del general fallecido en uno de los laterales y el escudo español tallado en piedra. En la base de dicho triángulo que ocupa parte de la ladera oeste del Cerro del Perejil, hay también 5 arcos con los nombres de los allí fallecidos, y cercados con una valla de sillería cerrando el lugar donde cayeron los cuerpos del teniente coronel Pozas, capitán Chamorro, comandante Senac, sargento Barreda y Emilio Mola Vidal.La unión de estas dos piezas se hace a lo largo de la ladera del cerro habiendo una separación entre ellas de casi medio kilómetro por grandes escalinatas y rampas. La paradoja de su ausencia en la reclamación que exige el cumplimiento de la ley puede explicarse por el especial cuidado que los constructores franquistas pusieron en que resultara prácticamente invisible pese a sus dimensiones. De hecho solo un sencillo cartel señala su emplazamiento.

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