El Correo de Burgos

Las lluvias y el río Arlanzón ponen en alerta la provincia

La imposibilidad de la tierra de absorber todo el agua caída estos días, ha anegado ya parte de Caleruega y las afueras de Ibeas

El agua anegaba las tierras anexas a la N-120-I. L.M.

El agua anegaba las tierras anexas a la N-120-I. L.M.

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M. M.
Burgos

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La provincia burgalesa sigue mirando al cielo, ya que los nubarrones que la cubren casi en su totalidad no dejan lugar a dudas de que las lluvias van a seguir estando presentes durante estos días. Pero también mirando al suelo, ya que las continuas precipitaciones han dado al traste con hectáreas de cosechas por toda la provincia, completamente anegadas por las aguas salidas de los cauces de algunos de los ríos y arroyos que recorren la provincia. Ibeas de Juarros fue así una de las víctimas burgalesas en la que el Vena hizo ayer de las suyas llegando al casco urbano.«No tenemos miedo de que el agua pueda llegar a la N-120 y poner en peligro a los conductores», comentaba el alcalde, Jesus de la Fuente. Pero sí ha bastado el actual aumento del caudal para que el río haya anegado todas las tierras cercanas a la carretera. «Y sobre todo, para convertir el trazado del Camino de Santigo que pasa por nuestro municipio, en un inmenso charco que dificulta aún más el difícil recorrido a los peregrinos», se lamentaba el responsable municipal.Exceso de agua que si bien no causó afortunadamente percances personales, sí llegó a los bajos de seis viviendas en torno al mediodía, lo que mantuvo a todos en vilo ante la intermitente lluvia que acompañó también el día de ayer, al ver cómo algunas de las alcantarillas no daban abasto.El alcalde reconoce que, en un principio, «creímos que el exceso de agua que veíamos, se debía a algún problema del colector, pero no», comentó descartando así un problema añadido de ver cómo en el río sus aguas traspasaban los límites habituales. «Y es que la cantidad de agua caída estos días ha sido tal que la tierra no puede absorberla, quedándose así en la superficie y anegándolo todo», afirmó.De la Fuente explicó que el Consistorio se plantea realizar una pequeña limpieza de urgencia en los arroyos cercanos a la zona. «Pero como hay que pedir permisos, mientras éstos llegan la lluvia sigue cayendo y la tierra, que no puede empapar más echando el agua sobrante fuera». A pesar de todo, asegura que estarán vigilantes y pondrán en aviso a la Diputación, «ya que aunque aún los percances no son muchos la previsión de continuación de lluvias nos hace estar vigilantes».Cascadas en Caleruega

Otra de las víctimas de las precipitaciones en la provincia fue ayer la localidad de Caleruega, en la que la intensidad de las aguas que bajaban de los ríos Gromejón y Bañuelos anegaron parte de la entrada de la localidad, siendo uno de los más afectados un establecimiento hotelero ubicado en la entrada de la localidad.Si bien a última hora de la tarde estaba todo muy embarrado y el agua caía en cascada por algunos de los puntos, «sí parece que ha ido bajando un poco, pero aún así no nos despistamos», comentaba el concejal José Luis Sáez.Añade que es la segunda vez que esto sucede en este mismo año, la anterior durante el fuerte temporal de aguas que también anegó media provincia burgalesa en febrero. «Lo que nos hizo pensar entonces en ver si podemos limpiar el tramo que nos resta desde la carretera de Valdeande hasta el hotel, e intentar evitar que esto se repita».Explica que este año el Consistorio sí se llevó a cabo la limpieza de parte del Gomejón y de algunos de los arroyos de la zona, «lo que ha hecho que sus caudales, estos días tan fuertes, se hayan salido de su trazado habitual».Limpieza municipal a la que se sumó la de una parte del Bañuelos por parte de la Confederación Hidrógrafica del Duero (CHD), «lo que sin embargo no ha evitado esta situación, ya que el agua se ha salido en los dos puntos donde sendas limpiezas no llegaron».Remarca que si bien el Consistorio se plantea remediarlo con una nueva intervención, en el caso del Bañuelos reprochan que una vez iniciada la limpieza, y cuando sólo restaba un pequeño tramo, «llegaron los de la Junta e incomprensiblemente les dijeron que no siguieran», reprochan. «Y éste es el resultado de una decisión que no entendimos».Y aunque las aguas siguen en su cauce, otra de las zonas que no le quita ojo al cielo es la de Arlanza, en la que el río de igual nombre sigue acogiendo las intensas lluvias que durante estas semanas están regando por igual toda la provincia. «El río sube y baja en su caudal, según las lluvias dan un respiro a la zona, pero los que ya están completamente llenos son los arroyos que trascurren por la zona, que han dado al traste con las cosechas», se lamenta desde UCCL Arlanza, Dositeo Martín.Todos los rincones de la provincia mantienen hoy la guardia, ya que si bien la crecida del Arlanzón fue ayer progresiva, sí generó el aviso de alerta lanzado desde la CHD desde primeras horas de la mañana y que se mantuvo a lo largo de todo el día, tras llegar a duplicar su caudal habitual. Hecho que dio lugar a extraordinarias escenas en la propia capital donde la zona verde de los laterales ayer desapareció.Situación a la que se sumará la previsión de lluvias generalizadas en territorio burgalés.

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