«Nunca se está preparado para tratar de tú a los toreros más grandes»

Está feliz el primer gran triunfador de San Isidro. Andrés Roca Rey (Lima, 1996) ‘huracanó’ Las Ventas el viernes tras un derroche de valor y ambición frente al sexto toro de Conde de Mayalde al que cortó las dos orejas. Puerta Grande en Madrid la tarde de su confirmación. Un golpe de autoridad.«Es el sueño de mi vida», aseguró el peruano instantes antes de cruzar el umbral de la gloria. «A Madrid se viene a darlo todo, a no escatimar esfuerzos y a cortar las orejas. El toro embestía muy en línea recta, me quería coger constantemente. Había que estar muy firme y muy de verdad para ganar la acción», detallaba este bravo y capaz diestro, aupado ya al trono de las figuras, que debutará en la feria de San Pedro y San Pablo de Burgos el 29 de junio.Hace un más de un mes que firmó su presencia en Burgos, una de las muchas ferias en las que debutará esta temporada. Un mérito personal de un torero que levanta pasiones. «Lo que más me llena de lo que voy logrando es que me estoy viendo capaz de competir con toreros que llevan diez o veinte años de alternativa», reconoce.«Es una meta que no siempre es fácil de superar». Afirma que cuando se es novillero se compite con otros compañeros «que son de tu generación, pero cuando tomas la alternativa te ves delante de grandes maestros, a la mayoría de los cuales he admirado desde niño. Y sabes que te tienes que medir con ellos teniendo mucho menos oficio, menos recorrido. Ese es un reto más personal que profesional. Sobreponerte a eso, y sacar mis armas que son las ganas y el esfuerzo de superación», subraya con un gesto que delata los 20 años de edad que tiene, aunque delante del toro se convierten en madurez y un magisterio impropio.En el Coliseo burgalés se medirá cara a cara con dos figuras. En la provincia toreó hace año y medio en Villarcayo una novillada sin picadores en la que resultó herido.Año y medio. Y ahora mira de tú a tú a las figuras. Ése es el espíritu de la temporada y de la propia feria burgalesa: competencia entre los consagrados y quienes acaban de llegar a la élite. «Nunca se está suficientemente preparado en esta profesión para eso, nunca. Pero si quieres ser alguien debes hacer el esfuerzo y sacar lo mejor de ti mismo y que no te pueda la presión».«España es muy dura, la temporada europea es fuerte si quieres competir al máximo nivel», afirma. «El toro europeo es un animal muy exigente, más versátil y que pide muchas cosas. Para seguir la línea que me he marcado hasta ahora no puedo bajar el listón ninguna tarde», subraya.Una de las armas de Roca Rey es la responsabilidad. La pureza. Un torero con muy corto bagaje profesional pero ha logrado imponer su ley en el sistema europeo y no esperar segundas oportunidades. A la primera, zarpazo.Ese listón únicamente lo pueden marcar quienes tienes madera de líderes, de grandeza. «Ser uno mismo, no mentirse ni mentirse a los que confían en uno. Si algo tengo muy claro de cara a la temporada es que no puedo defraudarme a mi ni defraudar a los demás», reflexiona el peruano quien define lo que significa sinceridad en esta profesión: «Es ser responsable, y la responsabilidad es eso, un sentimiento de tener que dar lo mejor de uno mismo, dárselo al público que paga una entrada, y sobre todo al toro, un animal que no te permite mentiras».EL VALOR COMO FORTALEZA

Tiene claro qué es lo que más valora de su tauromaquia: «Hago lo que siento y además mi toreo se encuentra en permanente evolución. Soy de los que pienso que el éxito se encuentra detrás de la preparación, de la mentalización, de interiorizar unos sentimientos y saberlos luego expresar en la plaza delante del toro».Y para los que sostienen que el valor es la primera fortaleza del inexpugnable castillo de sus virtudes admite: «En mi opinión a mayor mentalización, a mayor preparación, mayor valor. El esfuerzo surge de éste y para eso tienes que estar muy preparado, dispuesto y convencido. La prueba de esto se encuentra en que hay tardes que, por las circunstancias que sean, no estás tan mentalizado y la mente no responde de la misma manera, y por tanto el valor no es el mismo».Burgos es una plaza y una afición que aguarda a Roca Rey. Esa Puerta Grande de Madrid y más que eso, esa manera tan arrolladora y atronadora de mostrarse frente al toro en la plaza más importante y determinante del mundo, le han convertido en torero casi de referencia y culto para quienes viven con pasión el toreo.No se trata sólo de un triunfador sino de una novedad. «Me esperan por las dos cosas. En Burgos y en todas las plazas. Es un arma de doble filo, sobre todo si vas al límite de la ambición y de las ganas por triunfar. Cuando eres novedad la gente quiere verte, generas ilusión, hay mucha expectación entorno a ti. Pero esa ilusión se puede volver en tu contra como no seas capaz de dar respuesta a esa ilusión. Cuando eres nuevo puedes ilusionar pero luego todo se magnifica mucho para bien o para mal», asegura.Cumplirá dos décadas de vida el 21 de octubre. Y mediado septiembre, un año de alternativa. Asombroso todo lo que ha logrado en tan escaso período de tiempo. Apoderado por las sabías manos de José Antonio Campuzano, el peruano en la calle es un joven de su edad.Quien sólo habla de toros no sabe de lo que habla, dice un dicho. Por eso, Roca Rey tiene amplitud de miras: «Siempre hay vida fuera del toro aunque creamos lo contrario. Siempre tuve muy presente que para tener éxito dentro del toro hay que saber ser persona y tener éxito fuera del toro. Hay mucho mundo por descubrir aunque a mí, hoy por hoy, sólo me preocupe estar las veinticuatro horas metido en el toro. Pero vida, claro que hay vida».