San Guillermo marca el inicio de las fiestas primaverales burebanas

El bien provisto calendario festivo de la comarca burebana, que con más de un centenar de pueblos es una fiesta continua desde mayo a octubre, cuenta con eventos de una antigua tradición en los que se refleja en carácter de los burebanos. Así, en cada localidad se puede encontrar eventos puramente autóctonos, que las convierten en sí mismas en singulares, lo que llena de orgullo a los residentes e hijos del pueblo que retornan a su tierra natal con motivo de las fiestas locales.Este es el caso de la villa de Aguilar de Bureba que, con las fiestas de San Guillermo, marca el inicio de las fiestas patronales en La Bureba. Las novedades introducidas este año en el programa han resultado del agrado de los vecinos y visitantes, quienes por primera vez en la historia de la localidad, pudieron asistir a un pregón de fiestas, en este caso pronunciado por Jesús González.El pregonero repasó la historia festiva de la villa burebana desde la primigenia peña de ‘Los degollaus’ hasta la fundación en 1982 de la actual asociación cultural San Guillermo. Asimismo, hizo especial mención al estado de la iglesia de Santa María La Mayor pidiendo «por lo menos un mínimo arreglo para que sea practicable y no un riesgo como lo es hoy». Concluido el pregón se procedió a la ‘Bajada del Guiller’ que abrió la popular merienda.Este año la crisis apenas ha hecho mella en este popular encuentro, y más de doscientos asistentes se dieron cita en ella, en la que pudieron degustar el singular menú de la merienda popular, compuesto de chorizo, queso, atún y un huevo duro, elaborado para todos sus convecinos por los componentes de la peña San Guillermo. Otro atractivo principal de las fiestas de Aguilar lo constituye el juego de las chapas que, como sucede con el más conocido de la taba en Briviesca, se celebra solamente una vez al año.Con el nombre tradicional de ‘corro’ los apostantes siguen la sencilla mecánica de este juego, que consiste en lanzar al aire dos monedas de cobre en las que por una de las caras se ha pintado una cruz. Ambas monedas han de caer igual para que la jugada sea válida, marcando si es ‘cara’ o ‘cruz’ la suerte de los diferentes apostantes.Así el lanzador de las monedas acompañado por el encargado de casar las apuestas se coloca en un espacio libre rodeado por una estrecha mesa donde se colocan las apuestas.Completa el apartado de juegos los concursos infantiles y de juegos rurales como la tuta, así como el concurso de disfraces en el que participan mayores y pequeños con vistosos y originales trajes cuyo principal mérito consiste en haber sido realizados de forma artesanal. Lógicamente, el día grande de la fiesta está reservado a homenajear al santo patrón portado por los miembros de la peña local que recorre las principales calles del pueblo.Acompañado de San Isidro y al son de la música castellana y bailes del grupo ‘Estampas Burgalesas’, la procesión tiene varias paradas donde los danzantes rinden homenaje a los patronos hasta llegar a la iglesia románica de Santa María La Mayor. templo que, a pesar de su estado general, sigue siendo el punto de referencia religioso para los vecinos.En su recorrido se incluyó este año otra novedad, como fue el descubrimiento de la nueva placa del callejero de la villa, que en homenaje al antiguo alcalde de Aguilar de Bureba, Alejando González, suma ya su nombre al de la Plaza de la Amistad.