Castrovido toma impulso y ya alcanza el 88% de ejecución

Si en algo parecen estar de acuerdo los agentes implicados en la construcción de la presa de Castrovido, es el buen ritmo que están adquiriendo los trabajos de hormigonado desde su reinicio esta primavera, lo que hace pensar a todos en la conclusión de esta fase con el fin del presente año. Así lo predicen tanto los responsables de la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) como los miembros de la Comisión de Seguimiento de la realización de la infraestructura. Y todo ello a pesar de las molestias que las fuertes lluvias de febrero y de abril causaron.De hecho, la gran cantidad de agua caída motivó que se generara una riada, «que llegó a alcanzar un caudal máximo de 260 metros cúbicos por segundo, dando lugar a la mayor avenida que se ha presentado desde el inicio de la obras», explican desde la CHD. «Situación que, sin embargo, se subsanó sin problemas, ya que el agua se evacuó correctamente a través del canal de desvío construido a tal efecto», añaden desde el organismo.

88% de la obra ya hechoBuen ritmo en las obras que desde la CHD remontan ya a finales del pasado año, «pues hasta diciembre de 2015 se había ejecutado ya obra por un importe de 200 millones de euros, estando previsto en 2016 y 2017 anualidades de 13 y 28 millones de euros respectivamente». Inversión final que el pasado año ya cifró la ministra de Agricultura, Isabel García Tejerina, en más de 220 millones de euros.En la campaña de 2015 se colocó un volumen de 127.000 metros cúbicos de hormigón alcanzando a origen los 720.000 metros cúbicos, lo que supone el 88% de la construcción de la presa. «La previsión, concretan, es colocar a lo largo de este 2016 y el próximo año, unos 70.000 y 25.000 metros cúbicos respectivamente, para alcanzar así los 815.000 metros cúbicos totales que tiene la presa principal».Concluida la estación de frío, los responsables de los trabajos decidieron retomar el hormigonado del cuerpo de presa, labores en las que ya se emplea un grueso de trabajadores que ronda las 200 personas entre las diferentes tareas.«Aunque junto con los trabajos en la presa principal, a lo largo de este ejercicio y el siguiente, también se llevarán a cabo adecuaciones medioambientales -con limpieza del entorno entre otras actuaciones-, y la terminación de la presa de cola», detallan.La buena marcha de los trabajos tras su reanudación esta primavera es una apreciación que también extrae el presidente de la Comisión de Seguimiento, Dositeo Martín. «Lo que nos hace ver cada vez más cerca el final de esta infraestructura muy esperada, a pesar de que lleve casi una década de retrasos», matiza, recordando el ya lejano año 2007 como la fecha originalmente prevista para su conclusión.«Al menos las obras parecen haber cogido esta vez un buen ritmo, ya que el pasado año la escasa dureza del inicio del invierno permitió alargar un poco los trabajos que habitualmente quedan suspendidos en septiembre hasta abril y mayo», destaca Martín. «Mientras que el pasado año pudieron alargarse ya hasta octubre».OptimismoY es que como reconoce Martín, todos desean ver convertida en realidad esta obra que, con su puesta en marcha, dará solución a los numerosos problemas que los ríos causan año tras año en esta comarca. «De esta forma se regulará mucho mejor su caudal, lo que si bien no evitará riadas e inundaciones sí hará que suframos una cada década y no cada dos años como sucede en la actualidad, llevándose por delante cosechas y tierras», se lamenta.Recuerda que la localidad que más se beneficiará de esta dotación será Salas de los Infantes, en total más de 40 las que verán las mejoras de la puesta en marcha de Castrovido en su día a día, albergando entre todas ellas a una población de más de 20.000 personas. «Porque no será sólo una mayor tranquilidad ante la llegada de las lluvias y frente a las riadas», avanza. «Sino en el abastecimiento de agua y con e incremento de los campos de cultivo para regadío que enriquecerán a su vez la zona».Martín destaca cómo el transcurso de los trabajos de la presa burgalesa han estado marcados hasta ahora por continuos altibajos, siendo el más grave el derivado del accidente que causó la muerte de cuatro trabajadores en 2011. «Triste suceso que trajo consigo la paralización de los trabajos durante un año y medio -mientras se desarrollaban los trabajos de investigación-, pero también una mejora de las condiciones de seguridad en las que la infraestructura se desarrolla ahora. que es lo primordial».Martín se muestra por ello esperanzado en que el proyecto siga sin prisa pero sin pausa, «y sobre todo sin más sobrecostes, ya que lejos quedan aquellos 75 millones de euros en que se presupuestó el conjunto de la obra en 2001, en que se colocó la primera piedra», recuerda. «En verdad la menos importante, a mí la que me interesa es la última», recalca.