El Correo de Burgos

Atraco en la oficina de Correos de Medina a plena luz del día

En apenas cinco minutos, un individuo que cubría su rostro con una máscara blanca se lleva 500 euros tras amenazar a dos empleados y dos clientas a punta de pistola / Abandonó el lugar andando

La oficina de Correos de Medina se encuentra en el número 18 de la avenida Burgos.-GOOGLE MAPS

La oficina de Correos de Medina se encuentra en el número 18 de la avenida Burgos.-GOOGLE MAPS

Burgos

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El reloj no marcaba aún las 10 de la mañana cuando un individuo se personó ayer en la oficina de Correos de Medina de Pomar para hacerse con un botín de 500 euros después de amenazar a los empleados a punta de pistola. El atracador, según confirmó la Guardia Civil en base al relato de los testigos, vestía un buzo de trabajo oscuro y su rostro estaba cubierto por una máscara blanca. Después de cometer el robo y guardar el dinero en una bolsa, salió andando de la sucursal, aunque nadie pudo precisar qué dirección tomó.En el momento del suceso, que tuvo lugar apenas media hora después de que la oficina abriese al público, se encontraban trabajando dos personas. Una de ellas, Marta, que cubre una plaza de forma temporal, explicó a Ical que «fue todo muy rápido», hasta el punto de que el individuo permaneció apenas cinco minutos en el local.Según su relato de los hechos, que posteriormente facilitó a los agentes, el asaltante, de «complexión y estatura media», se dirigió al módulo de su compañero y le conminó a sacar «todo el dinero que tenía guardado». Después de que el empleado accediese a su petición al verse amenazado por el arma -se desconoce si era de verdad- «vino a mi caja y se llevó todo lo que había en ella» recordaba Marta visiblemente afectada por el suceso.Ni Marta ni su compañero estaban solos cuando tuvo lugar el atraco. En la oficina también se encontraban dos mujeres -una de avanzada edad- que se sobresaltaron al percatarse de lo que estaba sucediendo. Eso sí, en ningún momento intercambiaron palabra alguna con el atracador, «al que no vimos el rostro en ningún momento».Cuando se supieron a salvo, los empleados avisaron a la Guardia Civil. Después de tomar declaraciones a los testigos e iniciar las primeras diligencias para dar caza al ladrón, se procedió al cierre de la sucursal. Mientras tanto, la empleada era incapaz de dar crédito. «Nunca hemos sufrido, que yo sepa, un atraco. Este es un pueblo muy tranquilo», concluyó.El asalto bien podría definirse como un ‘visto y no visto’, ya que nadie en la zona se percató de lo ocurrido hasta la llegada de la Benemérita. Una trabajadora de la Inmobiliaria Bravo, situada justo enfrente, relataba a este periódico que no se enteró «de nada». De hecho, tuvo constancia de que se había producido un atraco en Correos cuando vio a un agente «haciendo fotos» y salió a «preguntar qué había pasado». Idéntica versión la del bar San Francisco, a escasos metros de la inmobiliaria y de la oficina. Según explicaba su propietario, fueron los propios clientes quienes le informaron de lo que había ocurrido.Al cierre de esta edición, fuentes de la Subdelegación del Gobierno confirmaban que la investigación continúa abierta y que de momento no se ha localizado al atracador.Las oficinas de Correos no son un lugar muy habitual para este tipo de crímenes, mucho menos a plena luz del día.No obstante, en diciembre del año pasado, uno o varios individuos accedieron a la zona de paquetería de la sucursal de Aranda de Duero desde un local contiguo. Al parecer, buscaban dinero y material electrónico, ya que se ensañaron con la caja fuerte y descartaron las cajas con objetos de menor valor.

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