El Correo de Burgos

Los campos de trabajos se trasladan a la época romana

En 2017 cumplirán una década y dirigirán su labor a los restos de San Polo Este año trabajan en tres rutas centradas en las fuentes, las lagunas y la villa

Los miembros del campo de trabajo y los voluntarios despejaron el corredor a través del cual se ven ya las lagunas.-ECB

Los miembros del campo de trabajo y los voluntarios despejaron el corredor a través del cual se ven ya las lagunas.-ECB

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M. M
Burgos

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El campo de trabajo que desde hace nueve años acoge el municipio de Atapuerca, dejará un poco de lado la temática de cuidado medioambiental que ha marcado hasta ahora su contenido, para trabajar en la recuperación arqueológica. «Es otra de las vertientes de nuestra labor y por ello, la décima edición nos gustaría centrarla en los restos romanos de San Polo, existentes en las cercanías del municipio», explica Melisa Gutiérrez, una de las responsables de Aboa (Asociación Burgalesa de Ocio y Animación), entidad organizadora.En concreto, el objetivo será la recuperación del entorno de la villa de San Polo (siglos I-IV DC) ubicada en el término municipal, donde ya se realizaron prospecciones en 1999 y 2005, con las que se constató la existencia de restos de construcciones y de pavimentos teselados, entre otros elementos.Propuesta ya comentada con el Ayuntamiento local, entidad que junto con la Junta colabora con Aboa en el desarrollo de los campos de trabajo. La alcaldesa Raquel Torrientes, afirma que si bien la iniciativa comienza ahora a dar sus primeros pasos, «ya contamos con un pequeño informe previo elaborado por expertos, sobre el que comenzaremos a trabajar tras el verano para darle más contenido e iniciar la petición de permisos a la Junta», avanza.Mientras, los participantes del primer campo de trabajo de este año -una veintena de jóvenes de entre 18 y 30 años llegados de todos los puntos de España, « y entre los que en esta ocasión curiosamente no hay ninguno de Burgos», detalla la responsable-, siguen con las actuaciones programadas.Todas ellas vinculadas con mejoras en la localidad como es, esta vez, la recuperación del sistema de regadío de los jardines ubicados junto a la Casa Consistorial local. Labor a la que han precedido años atrás la recuperación de la fragua, del potro y de numerosas fuentes.Vinculado a todo ello, y junto al sistema de riego, la segunda tarea es la creación de tres rutas en las que señalizar algunos de los enclaves de la localidad y su entorno. «En la primera despejaremos parajes donde se hallan algunas de las fuentes que hemos recuperado estos años, para convertir el trazado en una zona de paseo», detalla Gutiérrez, «al ser más de 12 las existentes en apenas 5 kilómetros de distancia», detalla.La segunda de las rutas recalcará la presencia de algunos enclaves destacados de la localidad, como las viejas escuelas -hoy albergue para los participantes en los campos de trabajo-, la iglesia, el Carex o el dolmen histórico. «Y junto a éstas, una tercera centrada en los humedales, que atravesará los dos observatorios de aves que hay en el lugar, y que quedará unida a las otras dos».Mejoras a las que se sumarán, como cada agosto, la participación en la representación de la batalla de Atapuerca que los vecinos ponen en escena cada verano. «De hecho, les hablamos a todos de ella, y ya es uno de los eventos que se incluyen cada año en el campo de trabajo que se desarrolla en la segunda quincena del mes», asegura.TRABAJO CONJUNTO EN LAS LAGUNAS DE ATAPUERCALas lagunas fueron ayer las protagonistas de una de las jornadas que con frecuencia realizan los voluntarios de Fundación Caja de Burgos, un grupo de los cuales -entre ellos varios ingenieros,-, se sumó a los miembros del campo de trabajo. «Es la primera vez que trabajamos conjuntamente y la verdad es que fue una intervención respetuosa y muy fructífera, ya que al final de la mañana, quedó despejado todo el paraje permitiendo ver perfectamente los humedales sin molestar a las aves que allí conviven».El objetivo de la actuación llevada a cabo ayer en la que también participaron miembros del Club Jóvenes Pajareros de Burgos, era retirar manualmente el exceso de vegetación palustre en los entornos de los observatorios de aves y mejorar así la visibilidad, y con ello el avistamiento de pájaros desde estos puntos estratégicos, algo dificultado por la excesiva vegetación existente en el lugar.

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