Poza de la sal revive su historia de salineros y mercaderes

«Estamos seguros que ya sabías que Poza de la Sal fue la cuna del gran naturalista Félix Rodríguez de la Fuente, pero …¿sabías que en Poza se encuentra el diapiro (formación geológica vinculada a la existencia de sal en el subsuelo) más perfecto de Europa? ¿O que durante la guerra de la Independencia, Poza fue una de las principales bases guerrilleras contra el ejército de Napoleón?Pues éstas son solamente algunas de las muchas cosas que los visitantes aprenden gracias a la ruta teatralizada que se desarrolla en la localidad, y en la que no sólo se enseñan rincones de la villa salinera sino que rememora capítulos de su historia, envuelta en humor y algo de sorna.Bajo el nombre de ‘La batalla por la sal’, un viejo ciego y su lazarillo devuelven a los visitantes a la Poza del siglo XIX mientras van contando la historia de la villa. «Era una propuesta que llevaba tiempo sobre la mesa, y que de la mano de un grupo teatral local y del también pozano Manuel Gil, se puso en marcha recientemente, como complemento a la oferta turística que ya tenemos», explican desde el área de Turismo.Propuesta turística que tiene en las salinas de Poza uno de sus lugares más destacados, «y no sólo por la historia que rezuma de este espacio que se ha ido recuperando y mejorando año tras año, sino porque en la actualidad, sigue siendo lugar de producción de sal, siendo más de 30.000 kilos los que se elaboran anualmente», remarcan. Ya que lejos de ser un paraje olvidado en el pasado, las salinas de Poza son hoy algo casi tan vivo como ya lo fue, antes incluso de la llegada de los romanos a la península.El Consistorio pozano agradece en este logro, la ardua labor que los miembros de la Asociación Amigos de las salinas realizan desde hace años, no sólo para conservar este recurso sino para mejorarlo y promocionarlo. «Pues son sus miembros los que se encargan de las visitas guiadas a las actuales salinas, y de realizar las demostraciones en las que se recuperan usos y prácticas que muchos de ellos conocieron en su infancia, como algo habitual», comentan los técnicos municipales.De hecho, remarcan que todos los veranos se sigue fabricando sal en este emblemático lugar, «a pesar de que su explotación habitual concluyó en los años 70 del pasado siglo». Vieja tradición en la que se implica a todos los lugareños, incluidos los más pequeños, que cobran especial protagonismo en muchas de las actividades que especialmente en verano se llevan a cabo, como por ejemplo el ‘riego salinero’.«Es un concurso con el que se recupera la práctica de tirar la sal que antes hacían quienes trabajaban aquí, y que se dirige sobre todo a los más pequeños», detallan, como forma de darles a conocer sus propias raíces y el porqué de las salinas de Poza. De hecho, más de un centenar de personas acudieron ayer a la II edición de este concurso, en la que participaron una veintena de niños.Sn embargo, Poza no olvida tampoco en el verano otra de las citas estivales más destacadas, y que cumplirá su decimosegunda edición el próximo sábado 27. «Es un evento que reúne a productores y artesanos de la provincia pero también de otras, que llegan a Poza a mostrar sus productos, de los que la provincia puede presumir en variedad y calidad. «Además este año colabora la Diputación con su marca agroalimentaria, Burgos Alimenta, con lo que ésta tendrá presencia en Poza con varios productores», destacan. A los que se sumarán también los artesanos que traerán consigo sus creaciones en madera, papel, piel o joyería, entre otros materiales.Novedad de esta nueva edición del popular evento, que se sumará a algunas otras propuestas que de forma paralela a la celebración de la feria, también se ultiman para ese día aunque están aún sin concretar, como podría ser algún tipo de combate o actividades. «Se trata de hacer un guiño a nuestro pasado medieval que, junto al mercado, vuelve a Poza desde siglos atrás, mostrando dos profesiones que antes convivían de forma habitual», destacan.Castillo y naturaleza

Si bien hablar de Poza de la sal es hacerlo de sus salinas, también es evocar al naturalista Félix Rodríguez de la Fuente, hijo de la localidad, en la que no le olvidan y recuerdan su labor con una estatua junto al mirador desde el que Poza descansa a sus pies. Pero también de su castillo o de la iglesia de San Cosme, vestigios de un defensivo pasado hoy visitable por los numerosos turistas que año tras año recibe la villa.Y sí, también se puede hablar de su música, la misma que acompaña desde siempre a los pozanos, quienes cuentan hoy con un prestigioso festival nacional de charangas. «Ejemplo del amor por la música son, por ejemplo, los 125 años de historia que cumple la banda municipal, la cual participará en una popular cita que denominamos la ‘ronda cantinera’ con la que animaremos a todos a bailar y disfrutar».