El Correo de Burgos

Docentes masais enseñan y aprenden con los escolares

Este mes acudirán a varios colegios de la provincia y la capital como parte de un proyecto educativo en el seno de las actuaciones de la Red de Territorios

(I. a D.) María Jesús Rodríguez, Ismael Ruiz, Inoth Lekton, Ángel Guerra, Mathias Reteti y Raquel Torrientes, durante la presentación del programa.-S. O.

(I. a D.) María Jesús Rodríguez, Ismael Ruiz, Inoth Lekton, Ángel Guerra, Mathias Reteti y Raquel Torrientes, durante la presentación del programa.-S. O.

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M. M
Burgos

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Inoth Lektony Molelly y Mathias Reteti Laizer son los dos protagonistas de la primera fase del proyecto que la mancomunidad ‘Encuentro de Caminos’ ha iniciado en Burgos, y que se extenderá este mes por varios colegios rurales y de la capital. La peculiaridad es la pertenencia de ambos jóvenes profesores a un pequeño poblado masai del entorno de la zona tanzana de Ngoile, formado por apenas medio millar de habitantes -de los que cerca de 400 son niños-, en el que ellos se ocupan de la educación.Y es que el programa ‘Un pasado para conseguir un futuro’ «tiene como objetivo el intercambio de didácticas educativas de ambos con los profesores y escolares de los colegios de Ibeas, Fuentes Blancas y Villalbilla, así como algunos otros de la capital», explicaba la alcaldesa de Atapuerca, Raquel Torrientes. Asistencia a las clases que les permitirán conocer el sistema utilizado aquí, a la par que mostrar a los burgaleses el método que ellos emplean en la enseñanza en su poblado. «Pero también realizar un informe posterior al respecto, ya que la idea es seguir en fases sucesivas del proyecto con el intercambio de lo aprendido en el resto de países miembros de la Red».La iniciativa forma parte del programa de actuaciones de la Red Internacional de Territorios, de la que forman parte municipios con yacimientos arqueológicos, los cuales son empleados por éstos como motor para el crecimiento sostenible del entorno. Así, junto a Atapuerca -integrado territorialmente en la mancomunidad que coordina la iniciativa-, forman parte de la red Puerto Montt (CHile), Ngoile (Tanzania) y Jeongok (Corea del Sur). «Y la intención es continuar con el proyecto de intercambio entre todos los miembros».Desde la Consejería de Educación, la responsable de Programas, María Jesús Rodríguez, remarcó el impulso desde el área al proyecto, «pues nos pareció excelente y los colegios esperan ya con ansiedad que vayan estos días», aseguró. Opinión compartida por el diputado provincial Ángel Guerra, entidad que también apoya la interesante propuesta.Junto a ambos, el presidente de ‘Encuentro de Caminos’ y alcalde de Rubena, Ismael Ruiz, confesó su ilusión «con esta iniciativa hecha realidad, ya que si bien estaba previsto hacerlo en mayo, las trabas con los visados impidieron a Inoth y Mathias salir de su país», argumentó. Conocedor de la zona de Tanzania de donde proceden ambos visitantes -tras haber viajado varias veces como parte de los intercambios que la red realiza desde su formación años atrás-, Ruiz detalla que para los masais, «la educación de sus niños es un factor muy importante».Interés que también remarcó Mathias, con 24 años y padre de un niño de corta edad, «ya que creemos que es esencial para nuestra supervivencia», remarca. En un país en el que las presiones son constantes desde su gobierno para que abandonen su entorno, donde conviven con la vida salvaje y la principal fuente de ingresos del parque natural que les rodea, los safaris.Esfuerzo que les lleva incluso a compaginar la enseñanza en swagili con el inglés, «lo que a partir de los 12 años se hace sólo en éste último», detallan desde la mancomunidad. Formación educativa que como completa Inoth, en Tanzania se divide en cinco ciclos como son: Preprimaria Primaria, Secundaria, Advanced -equivalente al Bachillerato español- ,y los estudios universitarios. «Nivel al que nos gustaría que llegara el mayor número de escolares pero no es fácil», dellata la profesora, también de 24 años de edad.Recuerda que el pueblo masai es eminentemente ganadero y agrícola, lo que hace que los niños deban compaginar las clases con las tareas del campo. De ahí que la localidad que cuenta con una escuela- caso de la natal de los dos jóvenes gracias a una donación que permitió su construcción-, sea el lugar de encuentro de niños de toda la comarca. «Y a menudo también de alojamiento para evitar que algunos de ellos, cuyo hogar está a 15 ó 20 kilómetros, tengan que andar horas y horas para venir».

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