Quintanilleja y su entorno se concentrará tras seguir sin puente a causa del AVE

Los responsables municipales de Quintanilleja se reunirán -en no más de 15 días- con sus homólogos de las vecinas localidades de Buniel, Rabé, Estépar o Tardajos entre otras muchas, para acordar qué pasos de presión dar ahora, tras quedar nuevamente paralizadas las obras del AVE. «Estamos hartos, tras creerles cuando en otoño de 2015 nos dijeron que cortaban el puente 3 meses para ampliarlo -como parte de las obras del trazado del AVE que llegará a Burgos-, y un año después seguir sin puente», critica el alcalde de Quintanilleja, Álvaro Castrillejo. «Y no sólo eso sino que apenas 15 días después de retomar las obras, éstas han vuelto a pararse vallándonos, además, el paso que usábamos los vecinos, terminando ya de encerrarnos».El enfado del edil por el retraso y el encierro, que comparten el millar de habitantes de las diferentes localidades del entorno afectados por el corte del puente, les ha llevado a pensar en adoptar medidas más estrictas para mostrar su hartazgo ante el Ministerio de Fomento y de ADIF (Administrador de Infaestructuras Ferroviarias). «Porque lo poco que hay hecho se va a ir al traste como empiecen las lluvias», advierte. Es el caso de una de las rampas de subida, «donde sólo queda hormigonar, lo que en apenas un mes de trabajo podría hacerse», asegura.Por ello se reunirán en breve para ver qué medidas tomar de forma conjunta, ya que si bien no se ha concretado nada, sí estudian la posibilidad de movilizaciones y cortes de la carretera nacional a la que desde hace meses tienen que salir los tractores al no poder hacerlo por otro lado. «Y eso es un peligro, pues este verano iban con los remolques de cereal y ahora lo harán con los arados, pero es que no puede hacerse de otra forma».Detalla que en estos meses han hablado con responsables de las obras «de hasta siete empresas diferentes porque como no sé si hay problemas de impago o qué, trabajan unas semanas y luego se van, dejándonos a todos colgados».Critica que desde un principio se optara por el corte del puente, ahora desmantenlado en gran parte de su estructura, en lugar de barajar trabajar en un lado permitiendo el paso controlado por el otro. «Lo que hace que la única solución sea acabar esta parte de la obra, y abrirnos el paso». Además de suponer también el fin del destrozo que los camiones de obra están haciendo en los caminos del entorno y en las calles del propio pueblo.