El Correo de Burgos

Paralizan un proyecto ganadero por acometer obras sin licencia previa

El solicitante obtuvo un informe favorable para abrir una explotación de caprino en Báscones / El alcalde señala la existencia de irregularidades y su falta de respuesta para corregir «deficiencias»

Esta imagen acredita la realización de obras en la finca.-ECB

Esta imagen acredita la realización de obras en la finca.-ECB

Burgos

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Hace «dos años y medio», Aser Lozano y su pareja abandonaron su Barcelona natal para dar un «cambio radical» a sus vidas. Como «amantes de la naturaleza y los animales» que son, se instalaron en Báscones de Zamanzas con la intención de habilitar una explotación ganadera de caprino lácteo para «hacer quesos y vivir de ello». Más de un año ha transcurrido desde que esta joven pareja iniciase las gestiones -manteniendo «reuniones con Diputación, la Junta de Castilla y León y el Parque Natural de Hoces del Alto Ebro y Rudrón»- hasta que el Ayuntamiento paralizó el proyecto este verano al carecer de licencia urbanística unas obras iniciadas previamente por Lozano.Antes de las elecciones municipales que auparon a la Agrupación de Electores Valle de Zamanzas, «fuimos al Ayuntamiento y de primeras tuvimos el apoyo del equipo de Gobierno de la antigua Alcaldía», que según Lozano «nos animaba a hacerlo y nos insistía en que había que traer economía a la zona». Así pues, previa presentación de una primera memoria ambiental, «salimos y empezamos a organizarnos» para «limpiar la finca, preparar las cosas, comprar material, etc».El origen del conflicto se inicia cuando el joven barcelonés firmó un contrato de arrendamiento con el Arzobispado de Burgos para la explotación de una finca rústica de 3.640 metros cuadrados perteneciente a la parroquia de San Pedro Apóstol por un periodo de cinco años «sin prórrogas», desde el 1 de octubre de 2015 hasta el 30 de septiembre de 2020. Poco después, concretamente el 19 de octubre, presentó una solicitud para la instalación de un invernadero de 400 metros cuadrados que a juicio del Ayuntamiento requería una «subsanación de deficiencias» en un plazo de «15 días hábiles». Al no obtener respuesta, la Corporación manifestó -el 19 de enero de 2016- a través del Boletín Oficial del Estado (BOE) la «imposibilidad» de notificar dichos requisitos al interesado.Ya en mayo, Lozano remitió al Consistorio una memoria de licencia ambiental para una explotación ganadera de 100 cabras de aptitud cárnica. En dicho informe, la técnico agrícola encargada de la supervisión del proyecto avaló su viabilidad al acreditar una «incidencia mínima» sobre el medio natural y situarse en unos «límites aceptables y asumibles» respecto al núcleo poblacional de Báscones.Sobre este proceso, que el joven reitera como «favorable» -amén de la «aprobación de todos los organismos administrativos implicados»-, Asensio señala que el informe del Parque Natural «no fue favorable», sino que «dejaba en manos» del Ayuntamiento la posibilidad de dar el visto bueno «excepcionalmente». Sin embargo, aduce que la finca se encuentra demasiado cerca de la población.Al margen de remarcar que Lozano «cambió tres veces el modelo» de su explotación -100 cabras en marzo de 2015, 22 cabezas de caprino para extracción de leche un año después y el centenar de aptitud cárnica de la memoria-, el regidor argumenta que la propuesta de para una ganadería de 100 ejemplares «harían falta unos 5.000 metros cuadrados».Sin permiso

Las discrepancias entre ambas partes se acentuaron a partir de junio de este año después de que el equipo de Gobierno detectase la realización de obras en la parcela para la instalación de una estructura circular, un vallado metálico y una tubería de agua. En base a ello, el secretario municipal emitió un informe en el que dejaba constancia de que Lozano había solicitado sendas licencias ambientales y urbanísticas «sin que haya obtenido ninguna de ellas».Tras considerar dicho informe que el proyecto «carece de legitimación» y exigir una «restauración de la legalidad», la resolución de Alcaldía del 17 de junio ordenaba la paralización de las obras, así como la apertura de un expediente sancionador por presunta «infracción urbanística». Por su parte, el Arzobispado remitió a principios de julio un escrito al Ayuntamiento en el que expone que «desconocía totalmente» la realización de obras en la finca, pues «no consta que nadie haya pedido permiso a la parroquia».Más allá de las «cuestiones ambientales y urbanísticas» que dejan «de lado» el «visto bueno de un organismo superior», Lozano sostiene que la negativa municipal obedece a las alegaciones presentadas por un vecino que «no reside en el pueblo» y al que «recientemente se le ha dado permiso para una actuación en una calle del pueblo» sobre la que «desconocemos si reúne los requisitos legales para ello». Este periódico ha conseguido contactar con el aludido, quien prefiere mantenerse al margen de polémicas, aunque asevera que no fue el único que denunció los hechos.

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