Recaudación y Tesorería se trasladarán a Obras en diciembre

La alcaldesa de Aranda, Raquel González, ha decidido buscar un nuevo emplazamiento para los departamentos de Recaudación y Tesorería ante la precaria situación que afrontan cada día los empleados municipales y ciudadanos que realizan sus trámites. Dada la limitación del espacio, los problemas de olor por humedades y las escaleras que no cumplen con la Ley de Accesibilidad, la nueva ubicación -en principio definitiva- de ambas áreas se situará en la segunda planta del edificio municipal de Obras, que se encuentra en el número 13 de la Plaza Mayor. Allí compartirán espacio con Urbanismo, Aguas y Medio Ambiente y «el traslado se llevará a cabo a principios de diciembre», adelantó la regidora a este periódico.

Aunque el grupo municipal de Ciudadanos ya había planteado esta necesidad solicitando su traslado a la Casa de los Fantasmas, la alcaldesa descartó ese planteamiento al entender que implicaría una inversión demasiado elevada.

Una vez finalizadas las obras -por el momento se está rematando la memoria con la valoración-, el nuevo espacio, ya accesible, dará cabida a Registro, que actualmente se encuentra en la segunda planta de la Casa Consistorial. «Entiendo que en un futuro se tendrá que rehabilitar también la primera planta, pero eso será ya más adelante», subrayó a sabiendas de que a excepción del ascensor que se colocó en 2014 -para posibilitar el acceso de las personas con movilidad reducida o con carritos de bebés-, el arreglo del techo y la colocación de los aparatos de calefacción y aire acondicionado en el salón de plenos, las inversiones en el Ayuntamiento han sido más bien escasas.

Gonzalez puso como ejemplo el despacho de Alcaldía, donde hace un par de años se acometió un lavado de cara que sirvió para pintar tanto las paredes como el techo y acuchillar el suelo. Como no había presupuesto para cambiar las alfombras, se adquirió un tapete y se mandó coser el borde. «Inversión no se ha hecho desde hace treinta años», recordó.

Las novedades afectan también al edificio contiguo en el que se encuentra el archivo municipal. La obra para adecentar el nuevo emplazamiento -situado en la parte trasera del hospital donde estaban los bomberos antiguamente- ya está adjudicada. «En cuanto se acondicione y se pongan las medidas contra incendios y de seguridad se procederá al traslado del archivo», añadió.

Quedará entonces vacía la Banca Pecho, un edificio ruinoso que espera la ejecución de un proyecto de derribo que ya se está redactando. Descartada la protección que pretendía incluir en un primer momento el equipo redactor del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), que no permitía el derribo sino únicamente actuaciones de mantenimiento, el Ayuntamiento deberá concretar el futuro de este edificio antes del derribo, tal y como exige la ley.

Según explicó el portavoz del equipo de gobierno, Emilio Berzosa, al no tratrarse de un edificio en estado de ruina inminente, la demolición no se considera una cuestión urgente. «Hasta que no se tengan asignadas las cantidades económicas para el proyecto de reconstrucción, no se derribará el inmueble», subrayó antes de fijar el derribo a lo largo de 2017.

Tampoco está muy claro qué proyecto encajará mejor. La mayor parte de los grupos coinciden en reservarlo para dependencias municipales, pero hasta la fecha no hay nada cerrado. «Tenemos un planteamiento y se lo presentaremos a los grupos municipales», concluyó la alcaldesa.